La noche del 3 de febrero de 2016, la familia Santos R. preparó como de costumbre los alimentos necesarios para compartir una cena junto a uno de sus vecinos del caserío Los Potreritos, del cantón San Isidro, en Panchimalco, de San Salvador.

A eso de las 8:45 de la noche, el vecino (hoy conocido como “Nicaragua” por estar bajo régimen de protección a testigos) y el resto de sus amigos terminaban de cenar cuando abruptamente ocho sujetos vestidos con ropas oscuras ingresaron a la vivienda. Todos portaban armas de fuego, entre largas y cortas.

Los sujetos que irrumpieron con la tranquilidad de la familia Santos R. y la de “Nicaragua” fueron identificados como pandilleros de la 18, quienes operan en la zona antes mencionada. Tres de ellos hasta son parientes.

Juan Leonidas Benítez, alias “Coyolito” y de 25 años de edad; Luis Alfonso Vásquez, alias “Correa”, de 20 años; Noé Antonio Vásquez, alias “Chuky”, de 19; Edwin Alexander Vásquez, alias “Chuchita”, de 20; Narciso Pérez, alias “Cora”, de 28; “El Chorcha”, de 23; Yovany y Santillo, ambos de 18 años, son los nombres plasmados en un expediente judicial que se abrió por este caso.

Los sujetos sometieron a la familia completa y una de las primeras exigencias por parte de los ocho sujetos fue la entrega de sus celulares y del dinero en efectivo que portaban. Además, los obligaron a que se colocaran de rodillas en uno de los corredores del humilde hogar.

“Cora” le apunto con un fusil al padre de familia y cabeza del hogar; mientras que al resto de personas eran amenazadas con sus armas por parte de “Chorcha” y “Chuky”. Para desarrollar bien el ataque, “La Chuchita” se colocó en el marco de la puerta de la casa para vigilar que nadie se acercara al sitio.

Los pandilleros robaron en ese momento al menos tres aparatos celulares y un total de $95. Sin bastar eso, uno de los sujetos les advirtió que tenían tres días para marcharse del cantón sino morirían.

“Les doy tres días para que se vayan de este lugar”, gritó de manera amenazante “Coyolito”.

Un asesinato frente a todos

Cinco minutos habían pasado desde que la familia había sido amenazada por la voz de “Coyolito” cuando apareció Juan Carlos Santos R., un joven de 18 años de edad, que sin saber lo que ocurría con sus parientes ingresó a su vivienda.

“A vos te estábamos esperando, hijo de puta”, dijo “Chuky”. Tras esto, el joven fue arrodillado en contra de su voluntad.

Tres disparos en su espalda hechos con una escopeta terminaron con su vida. El joven cayó al piso frente a los ojos de su familia, quienes quedaron desconcertados, sobre todo al observar que “Chorcha” y “Coyolito” se aproximaron al cuerpo inerte de la víctima para continuar con los disparos.

Entre lágrimas y gritos de desconsuelo, la familia Santos R. fueron testigos de cómo los ocho sujetos salieron corriendo hacia un sitio conocido como Las Peñas.

“Nicaragua” se marchó a su casa con la desagradable escena homicida en su cabeza. Agregado a ello el terror causado por los sujetos, quienes de manera milagrosa lo habían dejado vivir.

Sobre el caso

A raíz del caso, la Policía Nacional Civil (PNC) montó un operativo para poder capturar a los imputados, tras haber asesinado al joven de 18 años de edad por razones aún no determinadas.

Los agentes detuvieron a algunos de los implicados y los llevaron a las bartolinas de El Cenizal, en San Marcos.

El caso fue desarrollado por el Juzgado de Paz de Panchimalco, según el expediente resguardado en el Tribunal 3° de Sentencia del Centro Judicial “Isidro Menéndez”, luego de que el Juzgado 9° de Instrucción ordenara la apertura del juicio en contra de Narciso de Jesús Pérez, tras haber sido individualizado el caso por parte de la Fiscalía General de la República (FGR).

El pandillero de 28 años fue acusado por el delito de homicidio agravado, por lo que se encuentra recluido en el Centro Penal de Ciudad Barrios, en San Miguel, desde el 25 de diciembre de 2017, un año y 10 meses después de que pudo ser capturado por las autoridades policiales tras el ilícito.

El próximo 14 de septiembre de este 2018 el tribunal instalará la audiencia de vista pública en su contra, después de haber sido suspendida en el mes de abril por falta de equipo tecnológico y de asignación de sala para desarrollar el juicio.