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Judiciales - Absuelto

Una mujer acusó a su vecino de 73 años de acosarla y meterse a su casa, pero el juez no encontró pruebas suficientes del delito

El imputado padece de esquizofrenia, sordera y le cuesta desplazarse, por ello lo hace con ayuda de un bastón. 

Anciano
Una mujer acusó a su vecino de 73 años de acosarla y meterse a su casa, pero el juez no encontró pruebas suficientes del delito

Una mujer de 55 años decidió interponer una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) luego de que su vecino, un anciano de 73 años de edad, la acosara sexualmente tras ingresar a su vivienda sorpresivamente y en varias ocasiones.

Según lo que se conoció en la audiencia, desde hace dos años el hombre identificado como Magín M., quien padece de un trastorno psicótico residual inducido por el alcohol –como explicó un perito del Instituto de Medicina Legal (IML)- entraba a la casa de la afectada ubicada en la colonia San Cayetano, en Apopa, por lo que ella debía pedir ayuda a sus familiares para que lo sacaran.

El imputado quedó viudo desde hace varios años, por lo que en un primer momento la vecina supuestamente afectada ofreció llevarlo a la iglesia y ella misma lo acompañaba, por lo que pudo “haber un mal entendido”, según comentó en la vista pública Mayra M., una de las hijas del anciano que se presentó como testigo de descargo.

“(La supuesta acosada) lo invitaba a la iglesia y ella iba con él. Ella lo mal interpretó”, razonó Mayra ante juez con lágrimas en sus ojos. Al mismo tiempo explicó que su padre padece de esquizofrenia, sordera y le cuesta caminar.

Las dos últimas enfermedades fueron evidentes al momento en que se desarrollaba la audiencia. Con ayuda de un bastón y a paso lento el hombre ingresó a la sala 3-B del Centro Judicial Isidro Menéndez y en el momento en el que el juez explicaba el proceso Mayra y la abogada defensora debían alzar la voz junto a sus oídos para comunicar lo dicho.

La FGR, por su parte, alegó que Magín M. es una persona que genera peligro con su forma de actuar, por lo que solicitabó al juez su ingreso al hospital Psiquiátrico, bajo la pena que abarca entre tres a cinco años de detención.

Tras una deliberación, el Tribunal 5° de Sentencia consideró que no había pruebas robustas para sostener el caso, por lo que el anciano debía ser absuelto; a su juicio, no se pudo demostrar el delito de acoso sexual.

Lo que sí impuso fue una orden a Mayra para que le suministrara los medicamentos psiquiátricos necesarios para tratar sus enfermedades y, a la vez, la dejó a cargo del cuido de su padre.

Luego del proceso a favor de Magín M., Mayra secó sus lágrimas, tomó del brazo a su padre y emprendieron el camino de vuelta a casa.

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