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Judiciales - criminal

Busero con amplio historial delictivo engaña a mecánico con promesa de un fructífero negocio de exportación de chatarra a China

La víctima estaba convencida que era un buen negocio, sin embargo, no sabía que se quedaría sin dinero y sin sus materiales de trabajo. 

MARIONA REJAS ESPOSAS
El mecánico hizo negocios con dos hombres que sin saber tenía un amplio historial criminal que comenzaba desde el 2001.
Busero con amplio historial delictivo engaña a mecánico con promesa de un fructífero negocio de exportación de chatarra a China

Un motorista de buses con amplio historial delictivo estafó, junto con su hijo, a un mecánico a quien le prometió exportar chatarra a China luego de montar un negocio de reciclaje sobre la autopista a Comalapa, en San Marcos. La víctima le entregó grandes sumas de dinero por varios meses sin tener beneficios de la inversión.

José S., de 51 años, se había dedicado por muchos años a ser motorista de unidades de transporte público, pero su vida dio un giro esperado ya que comenzó a vivir al margen de la ley. Ssus acciones desmesuradas sirvieron como ejemplo para  Alexander S., su hijo de 26 años, quien también se había prestado para cometer actos ilícitos.

A finales de 2016 conocieron a Alberto (nombre cambiado por protección), un mecánico de 80 años, a quién le propusieron un exótico negocio de reciclar chatarra para exportarlo hacia China. Le aseguró que tenía el conocimiento y los contactos necesarios para que dicha acción rindiera sus frutos.

Él le dijo al mecánico que lo único que debía de hacer era invertir para convertirse en su socio, sin embargo, este no pareció muy interesado por lo que decidió presionarlo hasta que logró su cometido. 

Según el expediente judicial, fue el 13 de mayo de 2017 cuando padre e hijo se reunieron con Alberto para darle los pormenores del negocio. El mecánico, confiado del trato, le entregó $1,300 como capital semilla para comenzar a operar. Aquel hombre no estaba consciente de lo que pocas semanas después estaría a punto de pasar.

Para no levantar sospechas de los planes en su contra le dijo que días atrás había visitado otros terrenos pero que estos estaban ocupados.

Pasaron los días y José le pidió $300 como adelanto, este se los entregó. La próxima reunión fue el 8 de agosto donde se reunieron en un terreno sobre la autopista a Comalapa, la cual sería el centro de operaciones.

Todo iba con aparente normalidad hasta que el 20 de agosto Alberto le entregó $500 para comprar una báscula de chatarra; luego le daría tres equipos de soldadura y $4,000 en efectivo para que comprara la suficiente chatarra.

Motivado por el hombre, este le volvió a dar más capital hasta llegar a un monto de $15,000. El hombre señaló a las autoridades de que este dinero sería ocupado para comprar vehículos deteriorados para ser procesados en la chatarrería, así como el mantenimiento del terreno donde supuestamente estaba operando el negocio.

Un terreno vacío

Habían pasado cinco meses y Alberto no observaba ninguna ganancia de todo lo invertido por lo que comenzaba a molestarse por la actitud de José y su hijo, ya que estos solo se habían encargado de tomar su dinero sin invertir ni un centavo hasta esa fecha.

Cansado de esto, decidió reclamarle. El 8 de septiembre decidió llegar al centro de operaciones de la chatarrería, pero su sorpresa fue grande, ya que encontró un terreno desolado sin nadie en él. Estaba furioso y devastado debido a que había perdido todo, fue engañado.

Además del dinero, había aportado al negocio varias herramientas como máquinas remachadoras y soldadoras, una limpiadora para desarmar, un talador, archiveros, un televisor, una cocina entre otros artículos que fueron valorados en $105,000. Las investigaciones señalaron que el hombre había sido estafado por $25,600 en total, que este había entregado en efectivo.

Alberto hizo negocios con dos hombres que sin saber que tenía un amplio historial criminal que comenzaba desde el 2001. Lesiones culposas, tenencia de drogas hasta conducción temeraria era uno de los delitos por los que había sido procesado; al igual que su padre, Alexander había cometido varios delitos como lesiones y robo agravado.

Alberto al ver que había sido estafado interpuso una denuncia en el juzgado, sin embargo, durante el proceso el Juzgado de Instrucción de San Salvador absolvió a Alexander debido a que su participación había sido mínima con respecto a su padre, quien esperan que el Tribunal Tercero de sentencia determine la responsabilidad penal y civil.

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