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Judiciales - Caso en Tribunales

¿Suicidarse por tener un taxi propio? La historia de un anciano estafado

Dos sujetos se aprovecharon de la buena fe de un hombre de 75 años quien decidió adquirir un taxi para que alguien más lo trabajara y le pagara por el alquiler del automotor.

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¿Suicidarse por tener un taxi propio? La historia de un anciano estafado

Un hombre de 75 años aseguró haber pensado en suicidarse luego de perder todos sus ahorros al ser víctima de estafa por parte de un taxista y un comerciante que lo despojaron de más de $17,000 prometiéndole un taxi.

"Pensé en quitarme la vida al ver que dejé sin nada a mis hijos por querer un taxi", manifestó el hombre al recordar el engaño del que fue víctima.

Carlos Humberto Morales siempre tuvo el sueño de tener un taxi propio. Algo que quiso concretar en mayo de 2014 cuando estando en las cercanías del Mercado Central de San Salvador conoció a un taxista al que le quiso comprar el vehículo.

El taxista Santos Esteban Maldonado le manifestó que no le podía venderle el carro, pero que podía presentarle a un comerciante para adquirir los taxis que quisiera. Fue así que ambos acordaron encontrarse al día siguiente en un restaurante de comida rápida en San Salvador.

Puntual a la cita, Morales, Maldonado y José Luis Serrano, un comerciante que con bromas y abrazos rápidamente se ganó la confianza de Morales: "Con esos $7,000 que tiene le conseguimos un buen carro", le aseguró.

Así, acordaron encontrarse al día siguiente y Morales les llevó $2,500 para que comenzaran a buscar el taxi que el jubilado de ANTEL deseaba para que alguien se lo manejara a cambio de una cuota diaria.

Luego de la entrega del dinero, se trasladaron a un bar, siempre en San Salvador, donde estuvieron departiendo por más de 8 horas. Pasados aproximadamente 20 días del primer encuentro, Serrano contactó con Morales a quien le manifestó que necesitaba un nuevo adelanto y el anciano accedió. 

La dinámica fue la misma: luego de tener en su poder otros $2,500 Serrano propuso ir al mismo bar para departir. La víctima se reunió otras dos veces más para entregar la misma cantidad de dinero a Serrano y Maldonado con quienes siempre terminaba bebiendo.

Según lo manifestado por Morales, a él le parecía sospechoso que “se repartían el dinero frente a mí”. La última reunión entre los tres tuvo lugar en el Casino Militar del cuartel San Carlos.

Al entregar la última parte del dinero –en julio de 2014- Morales se quedó sin dinero y sin el vehículo por el cual había entregado $10,000.

“Quedemos como amigos y no enemigos de muerte”
Agobiado por la situación financiera, Morales intentó comunicarse con Serrano quien no le contestaba las llamadas. Un mes después el estafador apareció para proponer un nuevo trato.

A esta instancia, el hombre de 75 años aseguró haber tenido temor de perder su dinero y accedió a la propuesta de Serrano. Le aseguró que si empeñaba su casa, podía  obtener el dinero para tener un carro nuevo.

Serrano llevó a la prestamista Vicenta de Arellano hasta la casa de Morales en Nuevo Lourdes, Colón. Ahí, la mujer accedió a entregar el dinero a cambio de firmar un documento en blanco en un despacho jurídico en Apopa.

"La señora llegó a mi casa acompañada de cinco personas, algo que me pareció raro ya que yo solo quería $7,000. La vio (la casa) y me dijo que estaba bonita", recordó el hombre quien fue citado para ese mismo día para la firma del documento que hacía constar que la casa quedaba en garantía del préstamo.

Reunidos en la oficina, Morales espero que Arellano y el personal de seguridad privada la acompañaran a recoger el dinero al banco. El efectivo fue entregado por la mujer a Serrano, ante lo que Morales optó por el silencio ya que “habían varios hombres armados en la mesa en la que yo estaba firmando y sentí temor por mi vida”.

No obstante, luego de que Serrano se retirara con los $7,000 en las bolsas de su pantalón, Morales lo seguió hasta el mercado la Tiendona donde lo encaró reclamándole el dinero producto de la hipoteca de su casa.

“Me abrazó y me dijo: Don Carlitos, hasta hoy usted decida si quedamos de amigos o enemigos de muerte”, fue lo último que Morales escuchó de Serrano quien estaría prófugo de la justicia por estos hechos.

“Pensé en suicidarme”

Desesperado, Morales quien es viudo, aseguró que llegó a pensar en quitarse la vida ya que luego de seis meses fue acusado por Arellano de usurpación al no haberle pagado los $7,000 de la hipoteca.
"La señora Vicenta me llamaba y me decía que era un usurpador. Incluso, llegó con la Policía en dos ocasiones a intentar sacarme de la casa", manifestó la víctima quien se presentó ante el juzgado de Paz para hacerle saber lo sucedido al juez.

Actualmente, el tribunal de primera instancia de La Libertad se encuentra a la espera de la resolución de este proceso que se ventila en el juzgado Cuarto de Sentencia de San Salvador para decidir sobre la orden de desalojo en la propiedad en cuestión.

El Ministerio Público expuso el caso señalando como coautor de los hechos a Santos Esteban Maldonado quien alegó que “solo recibí una 'pata de cheje' por presentar a Carlos Morales con José Serrano”.

El juicio por este caso se ha reprogramado para el cinco de septiembre del presente año a petición de la defensa de Maldonado quien no ha podido localizar al apoderado legal de la prestamista para que de su declaración de los hechos.

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