Un negocio de comida mexicana, en donde comercializaban burritos, tacos y sopas, era la fachada que cuatro personas tenían para poder distribuir droga con tranquilidad en la zona de la residencial La Gloria, situada en el municipio de Mejicanos, en el departamento de San Salvador.

Por varios meses, Óscar Ernesto Flores, de 42 años de edad; y su pareja sentimental, Irma Domitila Días, de 22, se instalaron en una de las viviendas de la colonia antes mencionada, en donde residían junto a Imelda del Carmen Montes, de 46, y Denis Fabricio Zelaya, de 23.

En esa vivienda decidieron colocar como fachada la taquería, a la que le denominaron “Burritos Wey” -mismo que incluso ofrecía servicio a domicilio-, pero el trasfondo de ello era comercializar marihuana.

En un primer momento, las autoridades de la Policía Nacional Civil (PNC) habían sido alertadas de que aparte de vender porciones extraídas de la planta, también ofrecían cocaína y crack. Pero luego de que el Juzgado de Paz de Mejicanos girara una orden de allanamiento se descartó lo anterior.

El 20 de octubre de 2016, a eso de las 3:00 de la tarde, elementos de la Unidad Especializada de Delitos de Antinarcotráfico, de la Fiscalía General de la República (FGR), y agentes policiales se acercaron a la residencial en busca de la taquería.

Al estar frente al negocio, estos observaron que unos sujetos salieron corriendo de la sala de la vivienda hacia un jardín situado a un costado del hogar y estos movimientos alertaron a las autoridades.

La puerta estaba abierta, lo que hizo fácil el ingreso de los agentes. Tras ello, los cuatro sujetos fueron detenidos y la vivienda fue revisada con el fin de encontrar la droga que comercializaban. Y así fue. La marihuana había sido resguardada en diferentes muebles y sitios de la vivienda: en los cuartos, en la cocina, en el desayunador –en donde además se encontró una balanza-, en electrodomésticos, entre otros.

Ante esto, la FGR acusó a las cuatro personas de autores directos de adquisición, venta y almacenamiento de drogas y fueron trasladados hacia las bartolinas de Mejicanos.

El Tribunal 1° de Sentencia realizó el juicio en contra de tres de los imputados, pues una de las mujeres -Irma Domitila Días- se presentó como presidiaria ausente.

De acuerdo a la ley, por el delito de posesión y tenencia de drogas con fines de tráfico la pena carcelaria abarca entre seis a 10 años, pero los procesados obtuvieron la pena menor.

Por ello, Óscar Ernesto Flores y Denis Fabricio Zelaya pasarán seis años en el Centro Penal la Esperanza, conocido como Mariona; mientras que Imelda del Carmen Montes, el mismo tiempo pero en el Centro de Readaptación para Mujeres de Ilopango.