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Judiciales - sale del penal a robar

Supuesto vigilante del Arzobispado de San Salvador es procesado por intentar robar dentro de una clínica en la colonia Médica

Cumplió la pena en el Centro Penitenciario de Metapán, donde tomó clases de inglés, desarrollo de valores, fútbol, levantamiento de pesas, prevención de violencia intrafamiliar, talleres de pensamiento creativo y resolución de problemas.

arzobispado, iglesia católica
Foto: Cortesía
Supuesto vigilante del Arzobispado de San Salvador es procesado por intentar robar dentro de una clínica en la colonia Médica

Se aprovechaba de las mujeres solas y empuñaba su revolver para despojarlas de sus pertenencias, así era como un supuesto vigilante del arzobispado de San Salvador atentaba contra sus víctimas hasta que dos odontólogas decidieron llevarlo a los tribunales por el delito de intento de robo en su clínica, cuando se hacía pasar como cliente en la colonia Médica, en San Salvador.

Orlando V. era un hombre de 48 años de edad que había estado en prisión durante ocho años por el delito de robo en Santa Ana y tras completar su condena decidió regresar a su antigua costumbre, pero su suerte cambió cuando se encontró a dos mujeres que, a pesar de estar encañonadas, le quitaron el arma para salvarse de una muerte segura.

Según el expediente judicial de este caso, estos hechos sucedieron el 19 de julio de 2018. La odontóloga Carla y su auxiliar, Ana, (nombres modificados por seguridad) trabajaban con normalidad ese día. No hubo sobresaltos de ningún tipo, habían tenido la cantidad de clientes habituales en su clínica, entre ellos estaba Orlando, quien aparentaba ser uno más de los que visitaban el lugar.

Cuando el reloj marcaba las 11:25 de la mañana, Ana le pidió sus documentos para llenar una fórmula y que este pasara a su cita. En lo que ella lo hacía, Orlando se levantó, se acercó sigilosamente y entonces desenfundó su arma y le gritó: "¡Esto es un asalto!"

Ana se asustó y se puso alerta, pero el hombre la amenazó a muerte si no accedía a sus demandas. Inmediatamente la llevó hasta el interior del establecimiento, donde se encontraba Carla quien, al igual que su colega ayudante, no sabían qué hacer en ese momento.

Sin embargo, ambas mujeres se armaron de valor y fue ahí que se dio un rápido, pero eficaz forcejeo mientras intentaban persuadirlo para que desistiera del asalto. En minutos, las dos mujeres habían logrado neutralizar al sujeto al quitarle el arma, la cual fue guardada bajo llave, según consta en el relato de las mujeres a las autoridades

Los gritos de las mujeres llegaron hasta afuera del lugar lo que alertó al resto de personas. Minutos después, el hombre fue sometido para esperar a los policías que llegaron al poco tiempo del incidente. Además, las víctimas aseguraron a las autoridades que tenían las cámaras de videvigilancia, donde quedó registrado todo el ataque.

Cuando Orlando fue registrado no portaba ningún documento del registro del arma, pero al momento de su captura dijo ser vigilante del Arzobispado de San Salvador, el cual está a unos cuantos metros de donde sucedió el intento de asalto.

El Salvador Times le preguntó a los encargados del lugar y estos explicaron que no conocían al imputado y que generalmente no se suele contratar a personas extrañas. Explicaron que se hace a través de una empresa de seguridad privada que proporciona agentes legalmente registrados y libres de antecedentes penales.

Los asaltos y sus clases en el penal

Según consta en el expediente judicial, Orlando es originario del municipio de Talnique, en La Libertad, y tiene un título de técnico en programación de computadoras.

Su vida delincuencial, al menos la registrada en los procesos judicializados, comenzó en 2008 cuando asaltó a una mujer en el municipio de Santa Ana. Su víctima no quiso quedarse callada,, por lo que lo llevó a una condena de ocho años y el pago de $1,000 en concepto de responsabilidad civil.

Cumplió la pena en el Centro Penitenciario de Metapán, donde tomó clases de inglés, desarrollo de valores, fútbol, levantamiento de pesas, prevención de violencia intrafamiliar, talleres de pensamiento creativo y resolución de problemas.

Debido a su buen comportamiento, las autoridades le dieron la libertad condicional, pero cuando puso un pie afuera del centro de reclusión nuevamente volvió a realizar sus fechorías.

Tras el intento frustrado de robar en la clínica, el hombre fue puesto a disposición de las autoridades y ahora es procesado nuevamente por el delito de robo agravado en tentativa y solo está a la espera de la vista pública en el Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador.  

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