Una mujer es procesada por amenazas luego de haber insultado y amenazado a su vecina, a quien señalaba de ser la amante de su esposo. El proceso llegó a la etapa de sentencia luego de un año de litigios.

Esmeralda (nombre modificado por seguridad), de 42 años de edad, había vivido tranquilamente con su familia en unos apartamentos populosos de San Salvador y mantenía una buena relación con sus vecinos, excepto con Sonia, su vecina de 54 años, quien desde que Esmeralda comenzó a hablar con su esposo esta la acusaba de ser su amante.

“Es una persona problemática y desde hace un tiempo ha comenzado a insultarme”, señaló la mujer a las autoridades. No había manera de que pudiera evitarla, ya que vivían justo enfrente una de la otra. Cada mirada era cortante y las palabras cada vez más hostiles. Esmeralda temía lo peor.

Según el expediente judicial, todo ocurrió el 13 de julio de 2017 cuando Sonia llegó a su casa a las 6:00 de la tarde. La mujer tocó con fuerza la puerta y Esmeralda abrió de inmediato. “Sos una puta y tienes sida, sos una zorra que por $1 le haces sexo oral a mi esposo y por $5 te acostás con él”, fue lo que Sonia le gritó.

“Vos andás con mi marido. Si te veo sola te voy a arrastrar y a pegar. Ya vas a saber quién soy yo; no sabes de lo que soy capaz”, continuó señalando velozmente sin darle oportunidad a la otra de defenderse.

Sin otra cosa que decirle, esta se dio la vuelta y regresó a su casa. Todo ocurrió en cuestión de segundos y frente a sus hijos.

Cansada de ser el blanco de su vecina decidió interponer una denuncia, donde señaló tener miedo de las posibles acciones en su contra. “Son amenazas sin sentido pero me preocupa”, explicó.

La conciliación rota

Sonia fue llevada a los tribunales y esta, preocupada por llegar a ser condenada, le solicitó a su vecina llegar a una conciliación con la promesa de no volverlo a hacer. El 14 de noviembre de 2017 el juzgado Sexto de Instrucción de San Salvador se realizó la audiencia preliminar, donde ambas partes llegaron a mutuo acuerdo.

La resolución señalaba que la mujer “no debe de agredirla o ejercer violencia de ningún tipo, sea este física, psicológica, verbal o directa”, en un plazo de un año.

Por unos meses, todo volvió a la calma. Esmeralda, a pesar de tener ese precedente, se sentía un poco más tranquila. Sin embargo el silencio que había guardado vino a estallar 10 meses después.

La víctima señaló que un día de septiembre de 2018 iba caminando hacia su casa cuando de pronto la imputada comenzó a insultarla y decidió volver a denunciarla por haber roto la conciliación por lo que el juzgado decidió enviar el caso hacia el Tribunal Sexto de sentencia de San Salvador donde espera el desarrollo del juicio.