Esta mañana fue sepultado con honores Carlos Humberto Romero, el último presidente militar salvadoreño que fue derrocado en 1979.

Sus detractores de izquierda lo acusaron de haber ordenado la masacre de estudiantes de la Universidad de El Salvador el 30 de julio de 1979 cuando era ministro de Defensa, en la gestión del presidente Arturo Armando Molina.

Pese a que el FMLN y sus seguidores participan en actos conmemorativos de la masacre estudiantil de 1975, esta vez no hubo oposición de sus diputados para rendirle un minuto de silencio en la Asamblea Legislativa. Incluso, en la votación de los 57 diputados para decreta tres días de duelo hubo participación de diputados de izquierda.

La administración de Romero, que asumió el 1 de junio de 1977, se vio involucrada en diversos hechos de represión hacia grupos de izquierda y sectores que consideraba enemigos.

Su elección se vio señalada por la Unión Nacional Opositora (UNO) de haberse concretado con fraude electoral.

Tras ser derrocado Romero salió exiliado a Guatemala, en donde residió por varios años hasta retornar a El Salvador.

Romero murió a los 93 años de edad el pasado 27 de febrero por complicaciones de salud.

Sus restos fueron velados en Capillas Memoriales y trasladados en cortejo fúnebre con honores para un exmandatario, por parte de la Fuerza Armada, hasta el cementerio de Los Ilustres, donde fue enterrado.

A dichos actos no asistió el ministro de Defensa, David Munguía Payés.