La comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa acordó este lunes prorrogar la obligatoriedad del pago electrónico en el transporte público de pasajeros hasta el 31 de diciembre de 2016. Es decir que para el 1 de enero del próximo año todas las unidades de transporte deberán tener este nuevo sistema para poder recibir el subsidio por cada pasajero movilizado y no por unidad como se hace actualmente.

Esta decisión fue posible luego de escuchar el viceministro de Transporte, Nelson García en la comisión, donde sentó su postura y aseguró estar a favor de dar este nuevo plazo, siempre y cuando haya consenso dentro del sector transporte y que fuese la última vez.

Se espera que la medida sea aprobada en la próxima plenaria el miércoles con el apoyo de todas las fracciones.

En esta entrevista con El Salvador Times, el funcionario detalla algunos aspectos de esta nueva prórroga, habla de por qué ha costado tanto cambiar el sistema y que la costumbre de la población y de los empresarios es el mayor obstáculo.

¿A qué se debe su visita a la Asamblea, se está pidiendo una nueva prórroga al pago electrónico en el transporte colectivo del área metropolitana, qué opinan ustedes?

La comisión de Hacienda me había citado para que expresara por qué la prorroga al decreto 487. Yo expliqué que son dos solicitudes, una de SIPAGO y otra de Rutas Unidas que han solicitado prorrogar la vigencia o la entrada en función del sistema de recaudo de forma obligatoria a partir del 1 de enero del próximo año. Nosotros como Viceministerio, como ente regulador, se han acercado a nosotros. Ahorita estamos de acuerdo, pero siempre y cuando haya consenso y se hayan puesto de acuerdo. Eso le externamos a la comisión de Hacienda.

¿Cree usted que es viable hacer una tercera prórroga?

Realmente si ambos nos lo piden, que son los interesados, no tenemos por qué, no estar de acuerdo. Lo que sí esperamos es que sea la última y que a partir del 1 de enero entre en funcionamiento.

¿Cuántos serían los beneficiados?

Alrededor de unos 1,200.

¿A su criterio que está pasando, por qué ha costado tanto iniciar con este proceso y saltar al nuevo sistema?

Eso es muy complicado. Recordemos que es más fácil cambiar el sistema de ideas de las personas que el sistema de costumbres. Entonces hay una costumbre de hacer las cosas y esta costumbre para poder dar este cambio, este salto a muchos les cuesta. Los que lo van dando y van experimentado que es mucho más positivo para ellos y que sí es válido lo continúan utilizando, pero poco a poco todos van a ir llegando a eso.

¿Pero cree que es una cosa de costumbre o que hay falta de fondos?

No es que sea falta de fondos, es un problema de cultura. Es como la organización empresarial de transporte, la mayoría son individuales. Creen que ser empresarios es tener un bus, pero hay un grupo, alrededor del 40% que ya trascendió y han hecho sociedad y aplican economías de escala y ven que es mucho más favorable, pero a otros les cuesta dar ese salto mental hacia el tema de asociatividad.

Hay muchos que critican pasar a este nuevo sistema, incluso que con esto se beneficia a ciertas personas dentro de los sector, ¿qué opina usted de esto?

En primer lugar yo he escuchado una serie de críticas que van en todos los sentidos, pero esto que son ellos mismos los que lo están haciendo, porque nosotros como gobierno no hemos contratado absolutamente nada, entonces no le vemos que esto tenga ninguna validez.