• Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Sexo - Entrenadores recomiendan abstinencia

¿Es bueno mantener relaciones sexuales antes de una competición deportiva?

Aquello de erradicar la actividad sexual de los estadios se remonta a la antigua Grecia, donde se creía que el prosaico semen venía del cerebro y que además era una especie de “sustancia divina”.

Sexo y deporte
¿Es bueno mantener relaciones sexuales antes de una competición deportiva?

Algunos especialistas afirman que el sexo antes de una competencia deportiva ayuda a la concentración y mejora el rendimiento. Otros, en cambio, sostienen que se produce un desgaste físico que puede influir negativamente en el deportista.

Un estudio publicado en "Journal of the American College Health Association", concluyó que “los atletas llegan dóciles, como gatitos, después de haber tenido relaciones sexuales la noche anterior a un juego”.

Aquello de erradicar la actividad sexual de los estadios se remonta a la antigua Grecia, donde se creía que el prosaico semen venía del cerebro y que además era una especie de “sustancia divina”, razón por la cual regarla sin ningún recato producía desequilibrios mentales y una debilidad tremenda en el cuerpo.

La idea que saltó campante de siglo en siglo, al punto de que en el XIX una norma del ejército gringo les sugería a los soldados no desperdiciar el valioso fluido en tiempo de batallas.

“Conservación espermática” se llamaba a esa aburrida abstinencia que se convirtió en una exigencia hecha por muchos entrenadores porque, según la creencia, eso se traducía en una agresividad que podría ser de utilidad en algunos deportes. Idea que, sin mayor sustento, se mantiene hasta nuestros días.

Ejemplo de ello es lo que dijo el técnico de la selección mexicana de fútbol en el pasado mundial, Miguel "el Piojo" Herrera: si un jugador no puede prescindir del sexo por 20 días, no merece llamarse futbolista profesional.

Lo cierto es que a todo esto le ha faltado ciencia y le ha sobrado especulación. Hace unos años la investigación titulada "College coaches, attitudes toward pregame sex" (Los entrenadores universitarios, las actitudes hacia el sexo antes del juego) , publicada en "The Journal of Sex Research", mostró que cuatro de cada 10 entrenadores en EE. UU. no tenían ni la más remota idea que sostener relaciones sexuales la noche anterior a una competencia deportiva afectaba el rendimiento de sus deportistas; y lo más llamativo: solo el 9 por ciento dijeron que lo disminuía.

Otros análisis se han encargado de derribar esos conceptos. Por ejemplo, hoy se sabe que una faena bajo las sábanas consume entre una y cinco calorías por minuto; es decir que en un "rapidito" sin mayores aspavientos podrían gastarse entre 60 y 300 calorías; algo sencillamente poco y que derrumba lo del excesivo consumo de una energía que no se puede recuperar en pocas horas.

En el mismo sentido se ha confirmado que el ejercicio, por la vía de la testosterona, aumenta de manera significativa el deseo sexual, tanto en hombres como en mujeres, condición que, tal vez, fue el motivador para que la brasileña Ingrid Olivera extendiera su disciplina de clavados hasta la cama del remero Pedro Gonçalves, la noche anterior a su debut en Río de Janeiro, por lo que se discutió su expulsión de los aposentos olímpicos.

Según José Moncada y Yamileth Chacón, dos investigadores de Costa Rica que se dieron a la tarea de revisar cientos de estudios al respecto, concluyeron que nada indica que el sexo y el deporte sean antagónicos.

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