El crimen ocurrió el pasado domingo 18 de diciembre en la residencial Ciudad Real, de Santa Ana y las causas fueron, según las autoridades, intereses económicos y bienes materiales.
En el juicio se determinó que Juan Antonio Velásquez Romero, después de asesinar a la víctima, fue a enterrarla en un cafetal.
Para cometer el crimen, los pandilleros se vistieron con uniformes de la Policía Nacional Civil y de la Fuerza Armada y portaron armas de fuego. Fingiendo ser agentes de autoridad, capturaron a las víctimas y se las llevaron esposadas.
La Fiscalía detalló que la mujer era la madre de la niña y el hombre, el padrastro. Ambos maltrataban a la bebé con violencia física y verbal, aparte de que no la alimentaban ni vestían.
El crimen ocurrió entre las 8:00 y 10:00 de la mañana del pasado jueves 22 de septiembre en la vivienda de los Sibrián, informaron fuentes judiciales. El hombre fue detenido hasta el martes 29 de noviembre.
El crimen fue planificado el 21 agosto de 2017, dos días antes del asesinato del agente, y estuvo a cargo de cinco sujetos. Todos están condenados, incluido ahora Víctor Manuel Sales.
Las armas encontradas son un fusil M16, una subametralladora Uzi, un fusil A2 con mira telescópica y municiones.
Se presume que la niña fue asesinada por Víctor Manuel Cruz el pasado miércoles 5 de octubre por la noche en el cantón Las Trancas, de Ozatlán.
