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Judiciales - LESIONES

Mujer golpea a su excompañero de vida después de que llegara a su vivienda a pedirle una máquina de soldar que había olvidado

La mujer y su hijo  comenzaron a golpearlo afuera de la casa. "¡No tienes ni mierda que hacer aquí!”, le dijo la mujer.

Golpes
Tomás no recuerda cuanto tiempo pasó en medio de la golpiza, pero señaló que después de eso fue a la PNC para interponer una denuncia.
Mujer golpea a su excompañero de vida después de que llegara a su vivienda a pedirle una máquina de soldar que había olvidado

Un hombre fue golpeado por su excompañera de vida y su hijo cuando luego llegó de visita a la casa donde estos vivían en una colonia de San Salvador. El pleito llegó a los tribunales.

Tomás (nombre modificado por seguridad) se acompañó con Dinora D., de 50 años, con quien luego de un tiempo se separaron, ya que la relación no salió como ellos lo planearon. Después de la ruptura él decidió mudarse.

Según la relación de los hechos, Tomás salió de su casa a las 9:00 de la mañana para realizar unas compras, se subió al bus y cuando pasó por la casa de su excompañera de vida se acordó que después de su separación había dejado una máquina de soldar, por lo cual decidió bajarse para ir por ella. Para él era importante, ya que le había costado $1,000 y no podía darla por perdida.

Se bajó del bus y cruzó la calle con la confianza de que tendría nuevamente su máquina. Nada podía impedírselo, pero en ese momento no se imaginó que recibiría el golpe de quien menos lo esperaba.

Llegó a la entrada de la vivienda e inmediatamente llegó su hija a quien le preguntó por Dinora D., su excompañera de vida. Su hija le contestó que estaba en uno de los cuartos y se fue a buscarla.

Diego, un hijo de Dinora, cuando escuchó la voz de su padrastro salió de su cuarto y observó que estaba dentro de la casa. Inmediatamente se precipitó violentamente hacia él y le preguntó el propósito de su visita. Él le explicó que necesitaba su máquina y que iba a llevársela.

-“Mira yo necesito el aparato o el dinero”, le dijo Tomás con un tono serio.

-“¡Aquí no tiene nada que hacer!”, le gritó Diego, quien sin decir otra palabra le proporcionó un golpe en el pecho lanzándolo directamente hacia el suelo.

La golpiza

Tomás cayó de espaldas en la cuneta sobre la calle. Él dijo a las autoridades que producto de la caída se lastimó uno de sus hombros.

Cuando Dinora escuchó los disturbios salió corriendo de su habitación a ver lo que pasaba; vio que su hijo tenía por el cuello a su excompañero de vida, inmediatamente ella comenzó a golpearlo junto con Diego.

El hombre tirado en el suelo ocupó sus brazos para protegerse. “¡No tienes ni mierda que hacer aquí!”, le dijo Dinora. Ante las palabras de la mujer, Tomás declaró a las autoridades que lo único que hizo fue decirle que llamaría a la Policía pero esto significó más golpes.

“Ese día yo no le hice nada. No le pegué, ni le grité. Después del problema ya no me acerqué más a su casa, mejor la evito y si me la encuentro ni siquiera la vuelvo a ver”, dijo Tomás durante su declaración.

El hombre no recuerda cuánto tiempo pasó en medio de la golpiza, pero señaló que después de eso fue a la Policía Nacional Civil (PNC) para interponer una denuncia en contra de su excompañera de vida y su hijastro por el delito de lesiones, el cual está contemplado en el Código Penal con un máximo de tres años cárcel.

Dicho proceso llegó a la etapa de sentencia, donde luego de casi un año de disputas legales, ambas parte decidieron ponerle fin al proceso a través de una conciliación la cual fue autorizada por el tribunal Tercero de Sentencia de San Salvador el 26 de julio de este año.

El juzgador señaló que, como parte del arreglo, Dinora D. y Diego G., deberán de pagarle $1,000, valor equivalente a la máquina de soldar por la que Tomás sufrió la agresión.

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