• Diario Digital | viernes, 26 de abril de 2024
  • Actualizado 13:28

Sucesos - Denuncias

Pandilleros salvadoreños están usando el golfo de Fonseca para esconderse pese a que se ha reforzado la seguridad

El ministro de Seguridad, Mauricio Ramírez, confirmó que las características de esa zona fronteriza la hacen propicia para que los mareros y pandilleros huyan de las autoridades.

La Fuerza Armada ha sido destinada a cuidar los puntos ciegos en las fronteras con Guatemala y Honduras. Foto: Archivo
Pandilleros salvadoreños están usando el golfo de Fonseca para esconderse pese a que se ha reforzado la seguridad

Que los criminales salvadoreños del oriente del país ocupen los manglares del golfo de Fonseca para huir de las autoridades no es una novedad para las autoridades de El Salvador, que a pesar que han redoblado su presencia en municipios como Conchagua y Meanguera reconocen que la zona sigue siendo un refugio de mareros y pandilleros.

La semana anterior se conoció de una denuncia de una organización comunitaria hondureña que la presencia de mareros en los manglares ha causa severos daños al ecosistema de la zona.

Ante eso, el ministro de Seguridad Mauricio Ramírez reconoció que ese fenómeno no es nuevo y que no se le ha puesto freno pese a redoblar el control en los punto ciegos.

"La ubicación geográfica y las características de esa zona hacen un lugar donde se puede dar este  de este tipo de operaciones, particularmente de las maras o pandillas", advirtió Ramírez, quien dijo que como parte del trabajo en la zona se han dado golpes importantes a estructuras criminales que operan en Conchagua y Meanguera, ambos municipios del departamento de La Unión.

"La Policía Nacional Civil (PNC) han seguido investigaciones en la zona insular del golfo de Fonseca donde se han reportado capturas importantes, sobretodo en los municipios de Conchagua y Meanguera", declaró.

Según el funcionario no solo las maras y pandillas utilizan esa zona, sino también narcotraficantes; "por las características de esa zona es un lugar que permite la operación de estas estructuras, es una zona expuesta para actividades como el narcotráfico, muchos de esos casos han sido reportados en los medios de comunicación, siendo el caso más reciente el de Daniel Quezada quien fue condenado y por el momento le siguen un proceso de extinción de dominio de sus bienes", concluyó.

La denuncia hecha por los hondureños incluye el hecho que los pescadores de la zona han tenido que modificar sus rutinas de faena a causa del acecho constante que tienen de estos grupos cuyo miembros identificaron como salvadoreños.

Comentarios