Una estilista que fue atacada por un maquillista de modelos, presumiblemente porque a este no le gustó el trabajo que le hizo a una tercera persona, relató el susto que se llevó el martes de esta semana cuando el hombre irrumpió en el salón de belleza ubicado en la colonia Escalón y la atacó.

Según la víctima, el hombre llegó a reclamar porque no le gustó como le dejó el cabello a una clienta a la que le realizó un procedimiento conocido como "mechas".

El problema comenzó el lunes. Ese día, una clienta -amiga del agresor- llegó a que le realizaran un alisado y cambio de color en el cabello, esto porque antes había ido a otro salón de belleza donde no le hicieron bien el trabajo. La mujer llegó acompañada de su pareja y para que la atendieran hizo un pago de $50.

Hasta ahí, parecía que no había problemas.

Sin embargo, un día después -el martes- apareció en el salón ubicado en la 79 avenida Sur y calle Padres Aguilar de la colonia Escalón un hombre identificado como Max Alas. En su perfil de Facebook, Alas se presenta como maquillista para comerciales de televisión.

Aparentemente Alas no tenía nada que ver con el trabajo que le hicieron a la mujer, por lo que su presencia encolerizado no solo llamó la atención sino que generó un gran nivel de molestia y hasta temor.

"Yo me quedé en la puerta cuando él llegó de forma prepotente y diciendo que le habían hecho un trabajo 'chambón' y que yo era la 'cholera'. Me chasqueaba los dedos en la cara y me insistía que le devolviera el dinero", recordó la supuesta víctima, identificada solo como Johanna.

"Te podemos devolver los 50 dólares del anticipo que dio ella  por el alisado, pero no los $50 del color que se le hizo a la clienta, porque el color ya está hecho y ya no te lo podemos devolver", le explicó Johanna al sujeto.

Contó que eso que le dijo fue lo que enojó y provocó su ira.

De acuerdo a su versión, el atacante se dirigió a ella para insultarla y golpearla. "Como yo andaba el pelo suelto, se lo enrolló en su mano, me jaló y agarró la cabeza y me contraminó contra los vidrios de ese estante (señala un mostrador)". 

"Me quebró las uñas, me caí y golpeé la cadera, donde tengo un morete", continuó.

"Si llamás a la Policía, atenete"

Al ver el desorden que se armó en el lugar, intervino la propietaria del lugar, quien fuera Miss Mundo El Salvador y modelo del programa Domingo Para Todos.

Ella se colocó en la puerta y le dijo a Alas: "La regaste, porque la tocaste (por agrediste). Voy a llamar a la Policía".

La propietaria relató que para entonces, otras inquilinas del edificio ya habían alertado a las autoridades.

Al verse acorralado, Alas le dijo a Johanna de forma desafiante: "Si llamás a la Policía, atenete a las consecuencias de lo que que va a pasar".

Mientas, a la propietaria la amenazó con "hacerla pedazos en redes sociales" si no le devolvían el dinero.

"Vino el 911 y me entrevistaron y me dijeron que me iban a llevar a la Fiscalía de Santa Tecla, luego me llevaron a Medicina Legal en donde me colocaron una máquina y me vieron los siete hematomas que tenía", detalló la estilista.

Según la mujer, también tiene un tobillo fracturado, aunque al día siguiente del altercado llegó a trabajar normalmente.

Fue detenido en el 911

Pero si la suerte no le sonrió en su trabajo, sí lo hizo cuando fue a la Policía. Johanna relató que como un milagro, cuando ella llegó a interponer la denuncia contra Alas a la sede del 911 en la colonia Flor Blanca, llegó a la misma oficina Alas, lo que facilitó su detención en el periodo de flagrancia.

"Casualmente nosotras estábamos poniendo la denuncia arriba del edificio del 911 y lo escuchamos hablar en la planta baja. Había llegado a denunciarnos, pero no sabía que nosotras estábamos allí", relató.

"En ese mismo momento la Policía le dijo que quedaba arrestado y él empezó a cuestionar el porqué de su detención", manifestó Johanna.

Aparentemente, el hombre llegó a la sede policial a interponer una denuncia contra el salón de belleza para que le devolvieran el dinero cancelado en concepto de anticipo del trabajo realizado.

En el salón de belleza donde ocurrió el altercado no supieron explicar cuál es la relación de Max Alas con la clienta y por qué si no fue él quien llegó en un primer momento con la clienta, fue a interceder por ella. Contrario a lo que puede pensarse, los empleados y la propietaria del salón dicen que ni la clienta ni su pareja -quien la acompañó al lugar- han llegado a quejarse por el servicio que recibieron.

Johanna presume que Alas y la clienta andan de salón en salón con el objetivo de estafar a la gente con el servicio de belleza y éstos por tal de no salir afectados en redes sociales, acceden a devolverles el dinero.