Las autoridades de Líbano han elevado el conteo de víctimas a 154 muertos, más de 5,000 heridos y un centenar de desaparecidos por las colosales explosiones que tuvieron lugar en la ciudad de Beirut.

Las explosiones se originaron en un almacén donde se guardaba más de 2,000 toneladas de nitrato de amonio, un compuesto que se utiliza normalmente como fertilizante, pero puede usarse para hacer explosivos.

Según una publicación del portal Infobae, el ministro de Salud, Hamad Hasan, confirmó las cifras y dijo que, en el caso de los 5 mil heridos, alrededor del 20% han tenido que ser atendidos en los hospitales y 120 permanecen en estado crítico.

Uno de los datos que no fue revelado de manera oficial es la cifra de desaparecidos, pero fuentes del Gobierno estiman que ya se superan el centenar de personas sin ubicar, según medios internacionales.

En el caso de la infraestructura, las autoridades estiman que 250 mil personas se quedaron sin casa y que las pérdidas materiales sobrepasan los $3 mil millones.

El Gobierno no lo ha señalado oficialmente, pero la BBC indica que el nitrato de amonio llegó a las bodegas hace seis años, ya que fue el cargamento que se le decomisó a un barco que no pagó los aranceles para circular.

El capitán de esa nave dijo que la carga le pertenecía a un ciudadano ruso, Boris Prokoshev y que el destino original era Mozambique.

Fue el propio director de Aduanas, Badri Daher, quien advirtió en repetidas ocasiones sobre que el nitrato de amonio era un peligro ya que no se habían tomado las medidas de seguridad adecuadas.