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Jóvenes lanzan noticiero Bus TV para sortear los controles del Gobierno en Venezuela

Entrando de primera a los autobuses, la periodista y productora Laura Castillo negocia con los conductores. Casi siempre se les permite subir, sin cobrarles el pasaje. 

Laura Castillo (L), Maria Gabriela Fernandez (C) and Dereck Blanco (R) give a presentation of the Bus TV news in Caracas, Venezuela, on June 6, 2017.
A group of young Venezuelan reporters board buses to present the news, as part of a project to keep people informed in the face of what the opposition and the national journalists' union describe as censorship by the government of Nicolas Maduro. / AFP PHOTO / LUIS ROBAYO
Jóvenes lanzan noticiero Bus TV para sortear los controles del Gobierno en Venezuela

"¡Buenos días a todos! Empezamos con las noticias", anuncia a bordo de un destartalado autobús de Caracas un grupo de jóvenes periodistas que se apresta a contar, sin control oficial, lo último de la crisis que vive Venezuela en más de dos meses de protestas.

Sujetándose del pasamanos para no caer en cada frenazo, María Gabriela Fernández y Dereck Blanco se asoman, ante la mirada curiosa de los pasajeros, detrás de un marco de cartón negro y perilla roja que imita a un televisor, bajo un rótulo en letras azules: "El Bus TV".

"Esta iniciativa surge de la necesidad de romper con el cerco comunicacional que hay en el país y llevar noticias veraces a través de un transporte tan masivo como el autobús", explicó a AFP la redactora creativa Claudia Lizardo.

En tres minutos, Bus TV informa a los pasajeros -más habituados a la música que pone a todo volumen el chofer-, sobre seguridad, salud, deportes, espectáculos y, por supuesto, economía y política: infaltables en un país con severa escasez e inflación, envuelto en una ola de protestas que deja 67 muertos.

"Cada bomba lacrimógena cuesta 40 dólares, al cambio del dólar paralelo unos 200.000 bolívares, es decir un salario mínimo integral", dice Blanco, al referirse a los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes opositores, que no se ven en las pantallas de televisión. 

Entrando de primera a los autobuses, la periodista y productora Laura Castillo negocia con los conductores. Casi siempre se les permite subir, sin cobrarles el pasaje. 

"Es una maravillosa idea. Me gusta cuando las cosas son claras, sin violencia. Me parece muy importante que nos informen de lo que está ocurriendo, para abrir los ojos", declaró Glenda Guerrero, ama de casa de 68 años, tras escuchar atenta el noticiero. 

Suben y bajan, en las mañanas, tomando varias rutas de la capital. "¡Qué valientes!", les grita una mujer. "¡Están locos!", afirma un señor.

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