La justicia estadounidense retiró los cargos contra dos estudiantes inmigrantes acusados de haber violado a una compañera de clases, un caso usado por la Casa Blanca para justificar su lucha contra la inmigración clandestina.

Los fiscales del estado de Maryland, cerca de Washington, dijeron el viernes que abandonaban la investigación por falta de pruebas contra José Montano, un salvadoreño de 17 años, y Henry Sánchez Milián, guatemalteco de 18.

Jose Montano, 17, and Henry Sanchez, 18, have been charged with first-degree rape and sexual offense in attack at Rockville High in Maryland pic.twitter.com/xHma2mgNnU

— SpartanStrong (@SpartanStrong53) 22 de marzo de 2017

En marzo los acusaron de haber agredido sexualmente a una estudiante de 14 años en los baños de su establecimiento escolar durante el horario de clases.

"Los hechos en este caso no respaldan los cargos presentados inicialmente", dijo a la prensa John McCarthy, fiscal del estado, por lo que su oficina no los procesará por violación en primer grado y delito sexual.

Trump quería que caso fuera ejemplarizante

En condiciones normales, la prensa nacional habría ignorado un suceso como este, que sin embargo fue usado por el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, para ahondar en las ideas del presidente Donald Trump de que el país tiene fronteras porosas, la administración no prioriza a los estadounidenses y los inmigrantes hacen que aumente la criminalidad.

"Estas tragedias explican por qué el presidente considera tan importante luchar contra la inmigración ilegal", dijo Spicer en su conferencia diaria, emitida en directo en las grandes cadenas de información, cuando se conoció el caso.

Los servicios de McCarthy indicaron, no obstante, que Henry Sánchez Milián seguía siendo investigado por pedopornografía, debido a unas imágenes halladas en su celular durante la investigación.

Por su parte, José Montano fue transferido a un juez de menores, aunque McCarthy no quiso precisar el motivo.

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Según la prensa, Henry Sánchez Milián, originario de Guatemala, entró en Estados Unidos en agosto de 2016 y fue detenido en la frontera con México por los guardias fronterizos.

Había obtenido autorización para reunirse con su padre, quien reside en Maryland, antes de que éste fuera arrestado por haber entrado irregularmente a Estados Unidos, según The New York Times.

Según cifras oficiales, en Estados Unidos viven unos 11 millones de inmigrantes clandestinos.