Uno de los profesores de Matemáticas del extinto Liceo Evangélico del barrio San Jacinto, de esta capital, fue procesado en el Tribunal 5° de Sentencia de San Salvador, luego de que hace cuatro años acosara sexualmente a una de sus alumnas, quien en ese momento tenía 10 años de edad. Tras su confesión ante los tribunales, fue dejado en libertad tras un acuerdo entre la Fiscalía y la defensa. 

Los hechos ocurrieron el 14 de mayo de 2013, Francisco R. tenía a su cargo un grupo de alumnos de ese centro escolar, entre ellos la menor de edad afectada.

Ese día, Jessica (nombre cambiado por protección) se encontraba reunida junto a unos compañeros de estudio en el aula, cuando el profesor se le acercó para hacerle cosquillas en sus costillas, le tocó sus pechos y sin bastarle eso el sujeto le pasó la lengua en el cuello.

La niña, quien en ese momento no discernía que esas acciones eran tocamientos indebidos, solo se dirigió al baño para lavarse el cuello.

Horas más tarde, al llegar a su casa y ver a su madre le relató lo sucedido. Ella, sin pensarlo, fue a buscar al director de la institución educativa para hacer la denuncia en contra de Francisco, pero en lugar de ayuda recibió una amenaza.

De acuerdo a lo relatado por la madre de la menor en la audiencia de vista pública, la máxima autoridad del Liceo le encomendó guardar silencio, de lo contrario tomarían acciones en su contra.

Al ver esto, la mujer insistió en demandar al sujeto, sobre todo porque empezó a ver secuelas de las acciones en su hija. Ante ello, se presentó en la Fiscalía General de la República (FGR) que acusó al profesor por el delito acoso sexual cometido en contra de una menor de edad.

Cuatro años después y luego de un acuerdo entre las partes –acusado y afectada- se instaló un procedimiento penal abreviado, mismo que consiste en la admisión de los hechos del imputado a cambio de que se le imponga una condena menor.

En este sentido, Francisco aceptó en su declaración haber cometido el delito y haber realizado las acciones en contra de la menor, quien ahora tiene 15 años de edad. Eso le valió salvarse de la pena que se le hubiera impuesto si se hubiese desarrollado el juicio completo y si se hubiera encontrado culpable por el delito de acoso sexual en menor, cuya pena va desde los cuatro a los ocho años de prisión. 

Tras la confesión y el acuerdo de las partes, el juez a cargo del caso impuso una condena de tres años de prisión, pero con el beneficio de remplazo. 

Por esa razón, al sujeto solo se le impusieron medidas como abstenerse de ingerir bebidas alcohólicas y no deberá reiterar en el delito. Además, deberá cancelar $600 por responsabilidad civil para poder resarcir los daños, pero quedará totalmente libre, pese a haber aceptado cometer los hechos.