Es un árbol hermoso que se encuentra desde Florida hasta Colombia, pasando por Centroamérica, y tiene además un fruto parecido a una manzana verde pequeña, de buen gusto y buen aroma, pero es altamente venenoso al grado de provocar la muerte.

La planta está en peligro de extinción y algunos ejemplares se encuentran en parques especializados del Caribe y México.

Su nombre científico es Hippomane Mancinella, que viene del griego “hippo” que significa caballo y “mane” que se deriva de manía o locura.

Si una persona ingiere el fruto se le inflamarán las mucosas, se le cerrará la tráquea, le quemará el estómago, lo atacará una fiebre y probablemente muera si no es atendida a tiempo.

Especialistas botánicos aseguran que tan solo tocar su tronco podría ocasionar graves quemaduras de primero y segundo grado, ya que su leche es corrosiva. Pero la historia de terror no termina ahí. En caso de lluvia no se puede resguardar bajo su copa, pues el agua que pasa por sus ramas se vuelve ácida, y ni se le ocurra hacer una siesta bajo su sombra.

Según la BBC, John Esquemeling, autor de "Los bucaneros de América", relató que "un día, cuando estaba atormentado por los mosquitos y aún ignorante sobre la naturaleza de este árbol, corté una rama para que me sirviera de abanico, pero se me hinchó y se me llenó de ampollas toda la cara, como si me hubiera quemado", manifestó.

El Instituto de Ciencias de la Agricultura y Alimentos de Florida, ha estudiado las propiedades del árbol y no todo es muerte, pues su buen uso puede servir para curar enfermedades venéreas, sobre todo con la goma de la corteza.