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"Sembré dos manzanas para nuestro consumo y lo perdimos todo", cuenta un agricultor tras 32 días sin que llueva en Morazán
De acuerdo a un estudio realizado por la Dirección de Economía Agropecuaria del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) señala que han sido afectadas 62,089 manzanas de siembra de maíz en todo el país.

La sequía a golpeado fuerte a muchos agricultores salvadoreños que no solo han perdido el producto para la venta, sino para su consumo y el de sus familias. Ese es el caso de José Emilio Díaz, uno de los agricultores más afectados en la zona de Morazán, según la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo).
El Salvador Times conversó con Díaz, quien en medio de la decepción cuenta que gracias a la sequía ha perdido dos manzanas de cultivos, las que servirían para el consumo familiar. Sin embargo, esto ya no será posible pues las plantaciones se secaron por completo.
Díaz se ha dedicado a la siembra de cultivos desde que era un niño, pues fue algo que sus padres desde pequeño le inculcaron. Le enseñaron bien el oficio y aprendió lo necesario para que en el futuro él siguiera con las siembras que desde siempre le han llevado un plato a la mesa.
A finales de mayo, Díaz sembró maíz y maicillo con el objetivo de llevar el sustento a su familia, pero este no se cumplió debido al déficit de lluvia en la zona, lo cual ha provocado que muchas familias perdieran la inversión de cultivos en el terreno. "Sembré dos manzanas y lo perdimos todo", dijo el agricultor.
Díaz asegura que sus pérdidas llegaron a un poco más de $300 y que esa cantidad le será imposible recuperarla a menos que realice un préstamo bancario para poder comprar nuevamente lo necesario para cultivar la tierra que renta a dos kilómetros de su hogar.
De no lograr obtener un crédito, este agricultor afirma que dejará de cultivar por un tiempo y que sus ingresos deberán provenir de la carpintería y la venta de muebles que logre elaborar. La idea no le agrada mucho, pues a pesar de tener los conocimientos para su creación no cuenta con todas las herramientas necesarias que este oficio exige.
Díaz lamenta la situación tan penosa que están pasando los agricultores de la zona, pues han pasado ya más de 32 días y no ha caído ni una gota de lluvia.
Este agricultor recuerda que es justamente de la siembra que ha podido sacar adelante a sus hijos, incluso de llevarlos a la universidad. Ahora ellos le ayudan, pues si no fuera por la mano que le tienden sus hijos no tendría ni siquiera para comer.
Una bomba desde el río Torola
A pocos metros de donde se encuentran los cultivos secos de Díaz, se encuentra uno de los ríos más importantes de todo Morazán: el Torola.
Para Díaz, gran parte de la solución para no verse afectados cada vez que hay sequía, es instalar una bomba en el río para que suministre agua a las parcelas de tierra cultivadas en la zona para evitar que este fenómeno climático acabe con sus cultivos.
Sostiene que es algo que puede evitarse y por eso le pide a las autoridades emprender este tipo de proyectos que ayudarían a la prevención de la afectación por la sequía, sobre todo ahora con el cambio climático.
Además, pide al gobierno la entrega de paquetes agrícolas para que el impacto económico que ha generado la sequía disminuya para su familia y la de los demás campesinos que al igual que él lo han perdido todo.
De acuerdo a un estudio realizado por la Dirección de Economía Agropecuaria del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) señala que han sido afectadas 62,089 manzanas de siembra de maíz en todo el país, de las cuales 28,799 han tenido pérdidas totales y el resto han reflejado afectación parcial.
Asimismo, las autoridades informaron que en estas tierras se han perdido un total de 2,138,014 quintales, lo cual representa el 13.35% de la producción esperada en la primera siembra. Por esa razón, aseguran que no hay ninguna razón para que haya incremento en el precio de los granos básicos en el mercado.
Por otro lado, el MAG informó la semana pasara que estarán apoyando a los afectados con paquetes agrícolas para la recuperación de los cultivos y que el impacto de la sequía sea menor tanto para el consumo como para la producción agrícola.