Alejandro Muyshondt prefiere que le llamen “activista” a “bloguero”, pues considera que el manejo que hace en redes, según él de más de un millón de visitas diarias, le da otra categoría a su trabajo.

Y su labor no es otra más que la de la denuncia de asuntos de interés nacional los cuales él aborda sin ninguna autocensura, lo que le ha valido algunos enemigos, unos más poderosos que otros.

Desde finales de abril de este año, la familia Poma, propietarios entre otras de Grupo Roble El Salvador y Grupo Roble Panamá, inició en tribunales una demanda en su contra por difamación y calumnia, luego que este denunciara lo que a su juicio es “una tala indiscriminada de árboles” en un proyecto habitacional en el municipio de Santo Tomás, donde la empresa ha talado un bosque de más de 30 mil árboles. De igual modo, Muyshondt hizo pública información que revela que algunos miembros de la multimillonaria familia colocan sus empresas en Panamá, que es considerado un paraíso fiscal.

A partir de sendas publicaciones en “El blog de Alejandro Muyshondt”, Grupo Roble lo demandó “por haber dañado el honor de la empresa” (así dice la demanda), y a partir del 8 de agosto fue notificado que tiene un proceso abierto ordenado por la Cámara Primero de lo Penal.

Este miércoles, Muyshondt se presentó a audiencia para conocer los delitos que le imputan. Le acompañó la ya famosa abogada Bertha de León, mientras que de la otra parte estaba otro de los abogados igualmente prominentes, Lisandro Quintanilla, defensor de los militares acusados de masacrar a los sacerdotes jesuitas en 1989, y de Ana Vilma de Escobar, entre otros.

La audiencia pretendía una disculpa pública de parte de Muyshondt pero este se resistió a conciliar y dijo estar dispuesto a las últimas consecuencias, que podría tratarse de una multa económica. “No es por capricho”, justificó, sino más bien lo suyo es “porque hoy soy yo, mañana será otro”, y agregó que “debe haber manera de parar a los oligarcas que creen que pueden hacer lo que quieren, eso ya pasó, aquí ya no mandan”, dijo.

¿Quién financia su labor en redes sociales donde se mantiene muy activo haciendo denuncias públicas?

Una parte es por mi trabajo.

¿Es dueño de alguna empresa que le deje ingresos?

Se puede decir que sí.

Sobre el pleito que está llevando en este momento con Grupo Roble, cuéntenos ¿Cómo inició todo?

Un contacto que tengo me informó a finales de abril que la familia Poma me intentaba demandar desde el 17 de abril, pero la demanda no se las agarraban en tribunales hasta que se fueron a la Cámara Primero de lo Penal, y el 8 de agosto les dan resolución y le dicen al tribunal que judicialice.

¿Cuáles son las acusaciones?

Yo mencioné públicamente que los Poma tienen sociedades con bufetes de Panamá, lo cual no es un delito, y así lo dije en su momento, pero eso les afectó al grado que procedieron a demandarme. Luego de eso, le van adicionando más cosas para robustecer el caso, y se agarraron que yo compartí información sobre una tala indiscriminada de árboles en el municipio de Santo Tomás y compartí la noticia de una demanda que ellos interpusieron a la activista ambiental Sonia Sánchez, a quien le querían sacar $25 mil.

Cuando mencionó lo de Panamá, ¿hizo mención de nombres precisos de la familia Poma?

Sí, por ejemplo José Ricardo Poma Delgado, Fernando Poma y otros. Pero es información de dominio público que se puede ver en opencorporated.com. Esta información la hice pública antes de que saliera la base de datos de los Panamá Papers.

Yo hice referencia de información que está al alcance de todo mundo. No estaba revelando ningún secreto de Estado, cualquier persona con internet lo puede conocer. Si la información es de dominio público ¿por qué la agarran conmigo?

Eso me pregunto ¿no lo sabe?

Es que están acostumbrados a ser amos y señores y cualquiera que les diga algo que no les gusta, lo tratan de silenciar.

¿No tiene relaciones con ellos o las ha tenido?

Mi abuelo era muy amigo de don Luis Poma, iban a pescar juntos entre otras actividades, pero yo con ellos no he tenido relación alguna, no tengo nada personal en su contra tampoco.

¿Qué es lo que espera entonces?

Simplemente queremos transparencia no solo del gobierno sino también de los empresarios. Aquí exigimos transparencia al gobierno, mejores funcionarios, etcétera, pero esas exigencias van también para los empresarios ¿por qué no? Exigimos que no tengan pactos oscuros, ya pasó el tiempo cuando se beneficiaban del Estado para hacer su fortuna, eso ya pasó, ya pasamos 16 años del siglo XXI y ellos siguen con prácticas del siglo XIX cuando El Salvador era de pocas familias.

¿Cree que su lucha será difícil?

Sí, yo no solo expuse las sociedades de Poma, hay otra gente que también expuse, pero ellos son los que han reaccionado. Lo que hagan o no hagan a mí no me importa, solo si lo que hacen le hace daño al país, al pueblo, a la gente. Ahí sí me meto.

¿De cuánto es la demanda?

No lo sé, en el estrado no se habló de cifras. Ellos piden que me retracte pero yo digo que no. Por el momento según me informan hay más personas que están siendo demandados por la misma familia. Sonia Sánchez solo es una de ellas y fue absuelta del delito y querían que pagara una multa de 25 mil dólares. Es una bofetada a la oligarquía que haya perdido el caso.

¿Está en firme que no se va a retractar?

No nos vamos a retractar, estamos usando la facultad que tengo del derecho a la libertad de expresión y no debemos permitir que nadie aplaste ese derecho solo porque les incomoda. No tienen el derecho de silenciarnos. Hoy puedo ser yo mañana puede ser alguien más, tenemos que sentar un precedente que les diga que esta ya no es su finca, El Salvador le pertenece a todos sus habitantes, no solo a esa familia ni a otras familias oligárquicas.

Me llama la atención que la demanda es porque he dañado “el honor” de una empresa, cuando las empresas no tienen ese tipo de privilegios por Constitución, la Constitución entrega derechos a los ciudadanos. Una empresa puede tener reputación, honor no, jamás. Las empresas son intangibles.

Hablando con el abogado Lisandro Quintanilla, hacía ver su caso como parte de una excentricidad suya y dejaban claro que ellos tienen derecho de sentar un precedente.

Yo no los persigo, solo busco que la hegemonía sea del pueblo, no de una minoría privilegiada.

En redes usted hace muchas denuncias…

Sí, hago investigaciones también. Denuncio lo que los medios tradicionales no se atreven porque dependen de la publicidad de las empresas; mi objetivo es ayudar a crear una sociedad un poquito más pensante, más preparada, que cuestione al poder, que no se deje ir, que no le den atol con el dedo, que sepa y exija sus derechos. La gente tiene miedo de denunciar porque pueden perder el trabajo, más si son de empresas de la ANEP, pero debemos perder el miedo.

¿Cómo se siente ante la demanda?

Tranquilo, yo no he cometido delito, no he calumniado a nadie, no he difamado a nadie. Lo mío es una lucha de principios, de no dejarme doblegar por el poder oligárquico, no agachar la cabeza al poder y sentar precedente para que estos señores que se creen amos de El Salvador -y no solo me refiero a ellos sino a otras familias también-, sepan que las cosas están cambiando.

Inició una campaña para recolectar 13 mil dólares para poder defenderse ¿Cómo le ha ido?

Más de cien personas me han hecho donaciones, un 95 por ciento son hermanos lejanos, la gente me ha apoyado. Eso no fue idea mía, la gente me dio la idea en mi blog de hacer una colecta y ha dado resultados.