Algo que caracterizaba a José Santiago Rovira Ponce, además de su compañerismo y sencillez, fue que le gustaba expresar su cariño a sus seres queridos a través de su cuenta personal de Facebook.

Uno de los mensajes que reflejaban lo que su corazón sentía era el amor hacia su hija con quien constantemente se tomaba fotografías.

“Hermosa mi princesa te amo hija”, fue uno de los muchos mensajes que Chago, como era llamado de cariño por sus compañeros de trabajo y seres queridos en Conchagua, dedicó a su pequeña.

El hombre no dejaba de expresar, siempre que podía, ese amor de padre.

A inicios de este año, la felicidad no le cabía en su pecho, su pequeña celebraría su primera comunión.

En esa ocasión Rovira agradeció a Dios por ese momento.

“Le doy gracias a Dios por permitir a mi hermosa hija, mi princesa porque en este día va hacer su primera comunión”, dio a conocer.

El compatriota quería asegurar un mejor futuro para sus seres queridos, por eso decidió viajar a Estados Unidos, para ello, solicitó permiso sin goce de sueldo en la alcaldía de Conchagua, La Unión, donde laboraba desde hace varios años.

Su entusiasmo e ilusiones pudieron más que las advertencias de algunos de algunos compañeros quienes le hicieron ver el peligro a los que se enfrentaba viajando de manera ilegal.

A mediados de mayo pasado, autoridades mexicanas informaron que el salvadoreño había perdido la vida.

Ocurrió como a muchos compatriotas, el caso más reciente que consternó al mundo fue la muerte de Oscar Martínez y su hija Angie Valeria de casi dos años de vida que también murieron ahogados en el río Bravo.

Esta semana, los restos del joven fueron repatriados y velados en su natal Conchagua, donde quienes lo conocieron lamentaron con lágrimas que su vida haya tenido un trágico desenlace.

“Que Dios le de fortaleza a su familia y a nosotros como compañeros de trabajo", expresó una de sus colegas.

“A Santiago lo recordaremos como un buen amigo, como un gran hermano", fueron las palabras de otro compañero.