Sucesos - Según investigaciones
Policías comienzan vendiendo información a narcos y luego se convierten en distribuidores de droga
Las investigaciones señalan que los agentes utilizaron recursos de la corporación para brindar seguridad a los narcos y ganarse la confianza que les permitió convertirse en socios de los capos de tres estructuras criminales.

Cuatro elementos de la Policía Nacional Civil fueron capturados en las últimas horas por trabajar para estructuras de narcos, con quienes iniciaron brindando información sobre operaciones en su contra, pero luego se convirtieron en sus socios.
“Hay información que estos agentes movilizaban droga, alguna incluso que era de su propiedad”, señaló el fiscal general de la República, Douglas Meléndez, quien presentó como jefe de los agentes al inspector jefe Jesús Antonio Maradiaga Rauda, quien recibía $60 por cada vez que proporcionaba este tipo de información.
Meléndez explicó que “a partir de mediados de 2017, por junio, se tuvo conocimiento de agentes policiales vinculados a las estructuras y se les da seguimiento”.
Maradiaga Rauda fue atacado en agosto de 2016 cuando era jefe del puesto de San Pedro Perulapán y por motivos de seguridad fue trasladado a Usulután, donde estaba a cargo de la subdelegación.
En esta zona comenzó a conocer el trabajo de las estructuras delincuenciales en el oriente del país; especialmente en San Miguel y Usulután, lugares que se han detectado como puntos claves para las operaciones de droga en el país.
Maradiaga se asoció con otros tres agentes policiales que estaban destacados en diferentes puestos estratégicos para la División Antinarcóticos (DAN) y que obtenían la información que después les vendía a los narcos. Además de brindarles protección.
“Él intentaba obtener dinero a cambio de la información que tenía sobre los procedimientos de la División de Antinarcóticos”, señaló el subdirector de investigaciones de la PNC, Juan Carlos Martínez Marín.
Usaban inteligencia policial
Las investigaciones también apuntan al agente Edgar Antonio Martínez Landaverde, destacado en puesto policial de San Miguel y quien negociaba la verificación en la base de datos de la policía sobre vehículos que le consultaban los capos.
“Obtenía información en la base de datos, negociaba número de placa e identificaba vehículos que eran sospechosos para los narcos o que pudieran ser de peligro para los narcos”, explicó el encargado del procedimiento.
En tanto Samuel Antonio Sidney Acosta, también elemento policial, era el emisario de Maradiaga y llegaba a alertar a las estructuras del operativo policial e investigaciones que se tenían en proceso para que no fueran capturados.
Existe un tercer agente vinculado, del que aún no se han dado detalles del papel que configuraba en la red y datos de su identidad.
Las autoridades pusieron a prueba a los elementos policiales durante 2017 y 2018, en los que se detectó la presencia de los elementos en procedimientos en los que no tenían que estar presentes, por estar fuera de su jurisdicción. Fueron esas acciones las que pusieron en alerta a las autoridades.
Compañeros sorprendidos por captura de Maradiaga
Quienes conocen al inspector jefe Maradiaga Rauda dijeron estar sorprendidos con la relación que el agente tenía con grupos criminales, ya que siempre mostró una conducta apegada a ley.
“Se miraba un agente que trabajaba duro contra las pandillas”, recordó un conocido de Maradiaga, al confirmarse la detención del agente en el puesto donde estaba destacado.
No obstante, para los elementos de seguridad que fueron compañeros de trabajo del inspector no les extraña que este tuviera información privilegiada debido a su trabajo dentro de la corporación.
Los agentes serán procesados por los delitos de actos conspiratorios y en el caso de Sidney Acosta se le sumará el delito de cohecho propio.