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Sucesos - Juicio contra de ocho sujetos

Testigo criteriado en muerte de exfiscal: “Yo le pegué primero con el machete porque se quedó con $1,000”

El exfiscal César Augusto García Funes dejó la Fiscalía para dedicarse a la abogacía independiente y había sido contratado por varios pandilleros. Uno de ellos fue el que dio la orden de matarlo porque “les quedó mal”.

Implicados en caso de exfiscal
Implicados en asesinato de exfiscal Céscar García Funes.
Testigo criteriado en muerte de exfiscal: “Yo le pegué primero con el machete porque se quedó con $1,000”

El arma era de color negro, Carlos Noé Castillo, alias “El Pelu”, la sostenía firmemente frente al rostro de César Augusto García Funes. “No me apuntés”, le suplicó. En su agonía, el exfiscal le contó que hace tiempos le habían apuntado a la cara y había quedado traumado. Le daba miedo. “El Pelu” no lo escuchó y haló el gatillo una vez, dos veces. No respondía.

Su compañero, a quien este caso se la Fiscalía lo ha bautizado con el nombre clave "Urraca", le arrebató el arma, intentó repararla pero era en vano. El hombre, el mismo que entonces atentó contra el exfiscal, ha sido beneficiado por el Ministerio Público a cambio de inculpar a sus compinches.

García Funes no entendía lo que pasaba, pero sabía que las cosas no estaban bien.

“El Pelu” se fue a la casa de su madre, que está a pocos metros de la finca cafetera La Fincona, en la zona de la colonia San Ramón, en Mejicanos, donde esa tarde habían planeado matar al exfiscal.

"Vamos a darle vuelta a ese abogado"

Machete en mano, “El Pelu” regresó de casa de su madre. “Urraca” le devolvió el arma y empuñó el machete. Le dijeron al abogado que caminara y se fue adentrando en los cafetales, ahí en la zona en la que funciona el recibidero de café.  

“Hoy sí te vas a morir. Me dijo Gustavo que te agarraste el dinero, que nos quedaste mal”, le advirtió "Urraca". Entonces, César Funes entendió lo que estaba sucediendo. Se referiría a  Gustavo Jules Zepeda, un pandillero, cliente suyo, que estaba preso en el penal de Santa Ana, a quien le llevaba un caso dentro del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria para que se le otorgaran beneficios penitenciarios.

Gustavo le había prometido que hablaría con más miembros de la pandilla para recomendarlo y para que pudiera llevar sus casos. García Funes entendió todo. “Decile a Gustavo que le voy a pagar el dinero”, le dijo. 

Sin embargo, ni “Pelu”, ni “Urraca”, lo oían ya. Ellos tenían una orden, debían matarlo porque se quedó con $1,000 que era de Gustavo, uno de los hombres cercanos de Dixi Alberto Bernal Crespín, uno de los cabecillas de la clica Atlantas Locotes, de la pandilla 18 Revolucionarios que opera en la zona de la San Ramón.

Dixi le había llamado a “Urraca” desde el centro penal para darle la orden. “Vamos a darle vuelta a este abogado”, le dijo.

Por eso no había palabra que valiera. Ellos debían seguir la orden. “Urraca” lo agarró del hombro y le dijo que caminara un poco más. Alcanzó a dar unos pasos, cuando “El Pelu” agarró un garrote del suelo y le dejó ir varios golpes certeros en la cabeza. El exfiscal cayó al suelo y “Urraca" se le abalanzó primero.

Los filazos eran certeros. Luego, le dio el machete a “El Pelu” y él terminó el trabajo. Todo estaba hecho. Ahora había que esconder el cuerpo.

El plan

 “Urraca” se presentó a rendir su declaración como testigo criteriado la tarde de este lunes al juicio en contra de ocho personas involucradas en el asesinato del exfiscal. Fue él quien contó los pormenores de cómo él junto a Carlos Noé Castillo y por orden de Gustavo y Dixi le dieron muerte a García Funes y cómo después cinco personas más les ayudaron a ocultar el crimen.

Recordó que el crimen ocurrió el 24 de mayo de 2016, a eso de las 6:30 de la tarde. Y dijo que Dixi le llamó desde el centro penal el 19 de mayo para decirle que había que matar al abogado.

El plan fue hacerle creer que visitaría a unos clientes nuevos, por recomendación de Gustavo. Le dijeron el alias de “Urraca” y este sería quien lo iría a traer.

Se quedaron de ver en un supermercado de la zona de la Miralvalle a eso de las cinco de la tarde y así fue. “Urraca” llegó puntual al lugar, lo localizó y se subió a su carro. Todo estaba planeado. Debía llevarlo a la Fincona, donde lo esperaría “Pelu” para cometer el hecho.

El abogado nunca se imaginó que esa promesa de nuevos clientes acabaría con su vida. Pero algo olía mal, algo presentía porque en tres ocasiones le mandó a una de sus empleadas su ubicación por GPS desde el celular. La primera vez estaba en el supermercado, la segunda en San Ramón y la tercera en la zona del Volcán de San Salvador, su último paradero.

Toda la familia de “El Pelu” se involucró en el hecho

“Urraca” y el “Pelu” comenzaron a arrastrar el cuerpo de García Funes. El problema fue que la ropa comenzaba a rasgarse con las ramas de los cafetales Era demasiado esfuerzo. Decidieron quitarle la ropa y entonces del pantalón le sacaron dos celulares y las llaves del carro. Pensaron en que necesitaban ayuda.

Dejaron el cuerpo ahí y se fueron a la casa de la madre de “El Pelu”, donde se bañaron para lavarse la sangre que les había quedado en todo el cuerpo. “El Pelu” terminó confesándole a su madre lo que había hecho. “No hagan eso hijito”, le dijo Elba Castillo Quintanilla.

“El Pelu” agarró la ropa del abogado y la tiró a la fosa séptica de la casa de su mamá. Le pidió a ella que echara tierra en la fosa para ocultar la ropa. Ella obedeció. Al  hermano de “El Pelu”, Santos Velázquez Catillo, le pidieron que escondiera el machete, él también cumplió su parte.

Luego, llamaron a otros miembros de la pandilla para que les ayudaran a enterrar el cuerpo y a deshacerse del carro del abogado. Fue entonces que llegó Kelvin Mardoqueo Cespín Platero, alias “Zurdo”; Saúl Castro Rosales, alias “Piru” quienes ayudarían a “Pelu” a enterrar el cuerpo.

También llegó Alexander Antonio Quintanilla Platero, alias “Conejo”, quien prestaría vigilancia mientras ellos lo sepultaban y se sumó Juan José Pérez, alias “Chiva”, quien junto a “Urraca” llevaron el carro hasta la San Antonio Abad, donde otros sujetos pandilleros lo llegarían a traer para venderlo posteriormente.

Por eso, por este hecho, estas personas están siendo acusadas por encubrimiento. Solo a Dixi, Gustavo y “El Pelu” se les acusa de homicidio agravado.

En el juicio se ventilaron todos estos hechos y se recibieron los testimonios de tres testigos con régimen de protección, una colega del abogado y el testigo criteriado. El Tribunal Cuarto de Sentencia de San Salvador tiene programado continuar con este juicio el próximo 19 de julio, cuando se espera que se dé a conocer el fallo.

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