El hombre formaba parte de una estructura criminal dedicada al robo contra clientes de bancos. La banda delinquía en San Miguel, La Unión, Santa Ana y Chalatenango.
El exfuncionario es acusado de agredir sexualmente y violar a la víctima con el presunto conocimiento de su esposa, quien no denunció a su pareja e incluso habría colaborado a privar de libertad a la niña para que no se supiera el caso.
Las acusadas recogían la extorsión de un grupo que aseguraba ser parte de la pandilla Barrio 18.
En junio de 2018 el Juzgado de Concepción Batres, en Usulután, decretó medidas de protección por seis meses a favor a la víctima y a pesar de las restricciones, el imputado continuó acechando a su expareja, hasta asesinarla.
El día en que la víctima llegó a hacer los oficios a la casa del pastor, este la lanzó a su cama, le quitó la ropa y la agredió sexualmente. Después, le dijo a la menor que le regalaría un celular y $10 para que no dijera nada de lo ocurrido.
Cuando la Policía llegó a la escena del crimen el 19 de noviembre de 2022, al lugar también se presentó el imputado para dar declaraciones. Los policías, sin embargo, observaron que tenía manchas de sangre en sus zapatos y lo detuvieron.