Portada - Geovani Galeas, editor de Política El Salvador Times
Quimio para un país enfermo
OPINIÓN. Cuando alguien tiene cáncer en fase avanzada, hay que someterlo a quimioterapia. Son inevitables muchos malestares, pero el tratamiento lo puede salvar.
Los tres últimos expresidentes de la República, un ex fiscal general, un embajador y ex ministro de Defensa, casi la totalidad del alto mando de la Fuerza Armada durante la guerra civil, un grupo de diputados… Todos ellos bajo investigación o ya siendo enjuiciados formalmente bajo muy graves acusaciones.
Además, hay suficientes indicios como para creer que la lista de investigados e imputados, de esa talla, crecerá muy pronto y se extenderá de la esfera del funcionariado público corruptible a la del sector privado corruptor.
Es lo mismo que está ocurriendo, con algunas variantes en Guatemala y en Honduras. De la línea uno: los delitos políticos, a la línea dos: los delitos económicos. Y esto es así porque el modelo tiene un mismo diseñador y financista.
Hay que decir también que en nuestro país esto ocurre, de manera simultánea, en un momento en que tenemos un promedio de 12 asesinatos diarios y un gobierno a punto de quebrar y caer en el impago.
Un amigo muy informado con el que conversé hace un par de días, me contó un incidente que puede ayudar a comprender la situación.
Resulta que hace poco, en Guatemala, donde se ha generado una mayor oleada de investigaciones, capturas, juicios y condenas contra funcionarios, políticos y empresarios, un grupo de importantes hombres de negocios se reunió con el jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad que funciona en aquél país.
Ellos le manifestaron preocupación porque, a su juicio, la lucha contra la corrupción no solo afectaba a los culpables, pues al impactar negativamente todo el clima de negocios y desincentivar la inversión, terminaba dañando también a los empresarios honestos.
El jefe de la CICIG los escuchó con atención y luego, palabras más mas o menos, les explicó lo siguiente:
Cuando alguien tiene cáncer en fase avanzada, hay que someterlo a quimioterapia. Es inevitable que ese tratamiento le provoque piel amarilla, caída del cabello, mareos, dolores de cabeza y otros muchos malestares, pero no lo matará. Al contrario, podrá detener la metástasis o curarlo.
En definitiva, si el cáncer de nuestros países es la corrupción y la impunidad tendremos que aceptar la quimioterapia y sus consecuencias. No hay alternativa. La única buena noticia es que solo cuando las crisis tocan fondo es que pueden convertirse en oportunidades.