Según la PNC, el secuestro ocurrió el pasado 8 de noviembre en Usulután, en donde los acusados exigieron en un primer momento $80,000 a los familiares del secuestrado.
Góchez había sido detenido al ser acusado por los delitos de acoso sexual y otras agresiones sexuales.
Las dos barras de explosivos son C-4, de alto poder destructivo.
Se presume que dicho dinero fue obtenido de actividades ilícitas de la MS-13.
Las autoridades informaron que el detenido será acusado de homicidio agravado.
Tras las amenazas recibidas, los transportistas optaron por guardar las unidades ante el temor de ser víctimas de los pandilleros.
El policía —en defensa propia— sacó su arma de equipo y le disparó al ladrón, que fue auxiliado posteriormente por socorristas de Comandos.