Familiares de la mujer dijeron a la Policía que Ana acostumbraba salir en las tardes para ir a bañarse a una pila cercana a su vivienda.
Cuando los socorristas llegaron al lugar, Contreras estaba sentado, tenía las pupilas dilatadas y todavía sostenía el cuchillo en la mano. En el piso de su cuarto habían manchas de sangre.
El sujeto le provocó múltiples heridas en el cuerpo y rostro. La mujer en estado grave llamó al Sistema de Emergencias 911 de la Policía, y los agentes acudieron al lugar y le salvaron la vida.
Gálvez fue encontrado culpable por el delito de agresión sexual en menor e incapaz.
Al momento en que llegaron las autoridades a reconocer el cuerpo, lo encontraron sin camisa y tirado en una cama.
Los condenados ofrecían viajes ilegales a las víctimas con destino a Estados Unidos y les cobraban miles de dólares; además, aceptaban vehículos particulares y terrenos.
Las víctimas son tres de niños de cuatro, seis y diez años, respectivamente.
