En junio de 2018 el Juzgado de Concepción Batres, en Usulután, decretó medidas de protección por seis meses a favor a la víctima y a pesar de las restricciones, el imputado continuó acechando a su expareja, hasta asesinarla.
En el momento de la discusión, el detenido se encontraba ingiriendo bebidas embriagantes junto a la víctima. Se le decomisó una pistola con la que supuestamente atacó a su amigo.
La mujer vestía un pantalón jeans celeste, zapatos tenis y una blusa que quedó manchada de sangre.
El otro involucrado resultó herido y fue llevado a un hospital en donde se encuentra bajo custodia policial.
En el momento de la detención, el sospechoso se encontraba en aparente estado de ebriedad, aseguraron las autoridades.
Las víctimas habían llegado a hacer labores en el aserradero cuando desconocidos se les acercaron, les dispararon y les causaron la muerte.
El agente y la mujer sostuvieron una discusión luego de que él llegó a pedirle a su exesposa que abandonara la vivienda en la que ella residía, ya que él la había vendido.