La víctima, de quien aún se desconoce la identidad quedó en el asiento del copiloto.

"Se puede apreciar que el trabajador era fornido de su cuerpo y por eso les aguantó, de lo contrario lo hubieran matado", detalló una fuente consultada.

Posteriormente la víctima interpuso la denuncia ante la Fiscalía y fue atendido por socorristas de Cruz Verde.

Los terroristas exigían $1,000 bajo amenazas de asesinarlos si no les pagaban.

Según relató a las autoridades, cuando era llevado por sus captores—en un momento de descuido—se les escapó y corrió por las riberas del río Acelhuate y fue a salir a San Jacinto.

El chofer cambió de ruta y le colocó llave a todas las puertas.

"Es increíble. Me estaba mirando con lágrimas en los ojos. Primero no pensé que fuera él... No entiendo cómo un gato que nunca salió de casa pudo encontrar el camino", explicó su dueño.

La Policía dijo que la causa del accidente fue que el busero no guardó la distancia; se presume conducía a excesiva velocidad.

Puso de cabeza a policías y militares que no podían arrestarla porque no llevaban trajes para evitar contagio.

Ocurrió en la colonia Santísima Trinidad, considerada una de las zonas más peligrosas.