Nelson le dijo a las autoridades que había un arma en la habitación que pudo haber sido del ocupante anterior, según la denuncia penal.
Los criminales llegaron al lugar sólo para asesinar al vigilante, ya que no robaron materiales de construcción del lugar. Arévalo no portaba arma de fuego, solo un machete.
La mujer incluso era víctima de los celos que el imputado tenía de la relación que ella tenía con otros compañeros de trabajo.
El personal de seguridad confirmó que en realidad no hurtaron nada del motel, sino que huyeron porque al parecer se quedaron sin dinero para pagar el tiempo adicional a la tarifa que ya habían cancelado la noche anterior.
Según agentes de la división de tránsito de la Policía Nacional Civil (PNC), el accidente sucedió por la imprudencia del conductor de la motocicleta.
La víctima es un policía que fue sorprendido por su esposa, con la que sostuvo una discusión hasta que ella le quitó el arma y le disparó en el cuello.
La PNC explicó que el cadáver no presentaba señales que indicara que fuera una muerte violenta.
Las cámaras de seguridad revelaron la negligencia de los empleados del motel en este caso ocurrido en abril de 2016.
El siniestro se registró en una fábrica de tarimas ubicada en el kilómetro 26 de la carretera que conduce a Sonsonate.
Las dos jóvenes, ambas de 15 años, se encontraban observando un partido de fútbol cuando fueron llevadas a la fuerza por miembros de la MS hasta un motel, donde las ocultaron.
