"No pensé en el riesgo que yo corría al ver a las personas asustadas y gritando... agarré más fuerzas y crucé el río para ayudarles... fue una experiencia peligrosa, pero muy bonita", detalló el joven a periodistas.
"La mascaría al ocultar la nariz, dientes, boca y mentón, hace que ese rostro nos parezca por así decirlo menos imperfecto de lo que en realidad podría ser", detalló el estudio.
Los crímenes fueron cometidos entre los años 2014 y 2016, de acuerdo a las investigaciones.
El lunes 5 de octubre la mujer enfrentó la vista pública en el Tribunal de Sentencia de Ahuachapán siendo condenada a seis años de prisión.
