Llamar "bruja" a una síndico de San Salvador y comparar al FMLN con ARENA son las dos infracciones que tienen a Nayib Bukele sentado en el banquillo de los acusados del partido de izquierda, que a través de su Tribunal de Ética decidirá este sábado, a partir de las 9 de la mañana, el futuro político inmediato del edil.

A la audiencia han sido convocadas las partes involucradas, quienes se enfrentarán en un interrogatorio que presidirán los siete miembros de la instancia disciplinaria del Frente, según dictan los estatutos partidarios. Bukele, sin embargo, anunció el viernes por la noche que no asistirá, "les dejo con su escenario montado para que hagan con él lo que deseen", retó.

Luego de conocer las pruebas de cargo y descargo presentadas para los dos casos que se le han presentado, los cinco miembros titulares y sus dos suplentes tendrán una sesión para terminar de despejar las dudas generadas tras los respectivos alegatos.

“Están citados todos. Entiendo que quienes harán las preguntas serán los miembros del Tribunal de Ética”, explicó la abogada que representa a Bukele, Bertha Deleón.

Los encargados de impartir justicia en este caso son Marina Landaverde, exdiputada suplente; Efrén Reyes, quien fuera parte de la secretaria de asuntos religiosos; Ester Alvarenga, quien se desempeñó como técnico de Pro-Búsqueda; además de Zoila Romero, Joel Tomás, Matías Serrano y Leticia Cativo.

Bukele es acusado por Xotchill Marchelli –a quien lanzó una manzana y llamó bruja- por denigrarla supuestamente por el hecho de ser mujer. La otra demanda la interpuso Nery Bonilla, secretaria departamental de San Salvador, quien lo acusa de violentar los valores del partido al compararlo con ARENA.

“Se entiende que Bukele ha querido decir que está en el partido más malo”, consideró la diputada Nidia Díaz, quien respaldó a las dos compañeras demandantes contra el alcalde a quien ha pedido en diferentes ocasiones que modere su forma de comportarse.

Qué castigo le darán y cuándo se conocerá

Las audiencias no tienen un tiempo determinado para su celebración. Por ello, existe la posibilidad que no sea el mismo sábado cuando se conozca la decisión tomada por el Tribunal, que según el artículo 51 de los estatutos del partido es la instancia encargada de mantener la disciplina.

En las demandas se ha establecido una posible infracción del alcalde en tres puntos que se remarcan los estatutos: La violación a la Carta de Principios y Objetivos, el estatuto y los reglamentos; desacatar la línea política, los acuerdos y orientaciones de los organismos de dirección nacional y promover prácticas que conlleven a la división interna, o al fomento de conductas personalistas, en detrimento de los intereses del partido.

Según se detalla en el capítulo de sanciones de la normativa farabundista, la expulsión de un militante es la decisión más drástica de las cuatro que se establecen que se pueden tomar en situaciones como esta. Un hecho como este -al menos mediáticamente- no se ha dado desde la década de los 90, cuando los autodenominados "renovadores" fueron purgados por atreverse a desafiar a la cúpula partidaria.

Bukele también podría ser amonestado por sus actos o suspendido de manera temporal de sus derechos como miembro del partido.

Hay una cuarta posibilidad, la separación de un cargo interno, que en el caso del edil no aplica ya que no desempeña un papel de este tipo.

Asimismo tampoco se descarta la posibilidad que no se encuentren hechos concretos en su contra y por ende sea absuelto de las acusaciones planteadas. 

En caso de recibir alguna de las sanciones apuntadas, Bukele tendría la posibilidad de -si así lo desea- presentar una apelación ante el tribunal a cargo de estos procesos (que es uno diferente) para que estudie la decisión adoptada.

Si hubiera necesidad de llegar a esta instancia, cualquier decisión tardaría al menos una semana más en estar en firme, lo que alargaría la novela del que hasta hace unos meses fuera considerado un matrimonio por conveniencia.