El imputado, de 20 años de edad, indicó que al momento de los hechos manipulaba un fusil M-16 y accidentalmente se disparó el arma.
El fiscal lo catalogó como “un gran golpe al narcotráfico internacional".
El imputado se le acercó a la mujer para decirle que no debía de decirle nada a nadie sobre lo que este había hecho porque de lo contrario les diría a los criminales que su esposo era colaborador de la pandilla contraria.
El proceso fue enviado a la etapa de instrucción y si el empresario paga el dinero podrá salir de prisión.
La representación fiscal, a partir de las investigaciones, declaró que el imputado se dedicaba a traer encomiendas desde Estados Unidos hasta El Salvador. La mujer no obtuvo el autobús ni el dinero.
El hombre la amenazaba que si contaba a alguien lo que sucedía iba a matar al padre biológico de ella. La madre de la menor supo lo que había ocurrido por lo que denunciaron al hombre.
Los motoristas de esta ruta señalados por las autoridades de colaborar con pandillas de la zona entregandoles personas que les parecen "sospechosas".
En el tercer intento el traficante de personas, cansado de los reproches de su cliente, le ofreció $500 para que probara suerte él solo e intentara llegar a Estados Unidos.
Las investigaciones determinaron que es propietario de al menos siete gasolineras Texaco diseminadas en varias zonas del país.
Entre lo delitos que se les acusa a los imputados está la evasión de impuesto y defraudación al fisco, falsedad ideológica, falsedad documental agravada y estafa informática.
