Según los testimonios de vecinos, antes del crimen, la víctima, Yuri Lisseth Martínez, de 41 años, habría tenido una fuerte discusión con su compañero de vida, Rogelio Chávez Portillo, de 51 años y quien se dedicaba al trabajo de vigilante.

Cuando el marero intentó robarle sus pertenencias, la víctima se defendió y hubo un forcejeo que desencadenó en una pelea a golpes. El condenado y otro pandillero regresaron armados minutos después y cometieron el asesinato.

La Policía Nacional Civil capturó a Jorge Geovany Sandoval Orellana, quien se habría encontrado realizando los actos inmorales con una mujer mientras viajaban en el microbús, cuando el motorista les llamó la atención y les dijo que buscaran un lugar apropiado para esas actividades.

El sujeto sacó una pistola 9 milímetros y le disparó a la víctima en varias ocasiones. La mujer quedó con heridas de gravedad y fue trasladada a un hospital. El hecho ocurrió en la colonia Santa Lucía, de Ilopango.

Las víctimas quedaron muertas dentro del autobús. Según las investigaciones policiales, la razón de Cruz García y de los otros pandilleros del Barrio 18 Revolucionarios para matar a las víctimas es que pertenecían a la pandilla contraria.

La PNC indicó que el joven fue encontrado muerto tras haber recibido un disparo de arma de fuego.

El asesino salió con las dos víctimas a departir a la Zona Rosa de San Salvador. Luego salieron rumbo a Quezaltepeque y no se supo más de las jóvenes. Al día siguiente sus cuerpos fueron encontrados en una zona de difícil acceso en Ciudad Delgado. Tenían señales de haber recibido varios disparos de armas de fuego.

La investigación preliminar de la Policía detalla que el agente Wilson Sigfredo Mendoza, quien se encontraba de licencia, habría tenido una discusión "por problemas pasionales" con su esposa y que luego la habría atacado con su arma de fuego.

El señalado encontró a la mujer en un bar, en donde estuvo departiendo con ella bebidas alcohólicas. Luego se habría ofrecido a llevar a la víctima a su casa y ella accedió. Al llegar a la casa de la mujer, el hombre le habría disparado.

En junio de 2018 el Juzgado de Concepción Batres, en Usulután, decretó medidas de protección por seis meses a favor a la víctima y a pesar de las restricciones, el imputado continuó acechando a su expareja, hasta asesinarla.