En el año 2019, la banda criminal Rápidos y Furiosos surgió en Sonsonate, expandiéndose luego a otros departamentos como San Salvador, Cuscatlán y Usulután. Se caracterizaban por una meticulosa planificación de robos a viviendas y negocios, incluso con seguimiento y fotografías.

Entre los sentenciados se encuentra Óscar Gerardo Martínez, alias "Demon Boy", quien era el líder de la célula terrorista de la MS-13 que operaba en el norte de Santa Ana. Fue condenado a 219 años de prisión.

Ariel Giovanni Cubías de Paz cometió el crimen de forma continuada contra las dos menores de edad entre agosto y diciembre de 2016, cuando las niñas iban a jugar a un río cercano a la casa de sus familiares, en San Luis Talpa, La Paz.

La víctima había llegado a la cancha para ser árbitro en la inauguración de un torneo de fútbol que se iba a celebrar en el cantón Piedra Parada. Pero murió acribillado por mareros de la MS-13.

Cuando el marero intentó robarle sus pertenencias, la víctima se defendió y hubo un forcejeo que desencadenó en una pelea a golpes. El condenado y otro pandillero regresaron armados minutos después y cometieron el asesinato.

Embriagaron a la víctima en un bar, la subieron a un vehículo y luego la golpearon y la estrangularon hasta matarla. Ataron de pies y manos su cadáver, lo envolvieron en sábanas y lo abandonaron en la calle. La trayectoria del vehículo de los asesinos logró ser grabada por cámaras de videovigilancia, lo que ayudó a llevarlos a la justicia.

La víctima fue agredida por primera vez el 8 de marzo de 2008, cuando tenía 13 años de edad.

Walter Eduardo Castillo Aldana, quien ya había proferido amenazas de muerte contra su madre, la atacó con una cuma y le produjo heridas en el cuello y la cabeza, así como heridas punzantes en la garganta, que la llevaron a la muerte.

Los integrantes de esta pandilla fueron declarados culpables de 13 homicidios y dos feminicidios ocurridos entre 2006 y 2018. Operaban en más de 16 colonias de la capital, entre ellas la colonia Dolores, la Costa Rica, la San Patricio, la Dina I y II, la Mirador, Altos de Jardines y la IVU.

El día del crimen, las tres víctimas salieron a buscar cangrejos al río. Allí estuvieron departiendo junto al asesino y a su cómplice. El homicida luego sacó un arma de fuego y disparó contra los tres hombres y les causó la muerte de inmediato.