Otto Mauricio Rosales Torres usaba la excusa de revisarles las tareas a las alumnas, para lo que las llamaba a quedarse después de los horarios de clase, las llevaba al fondo del salón en donde él impartía y allí cometía las agresiones.
La confesión de uno de los acusados reveló que él y otros pandilleros planificaron el asesinato de Luigui Doze y ayudó a las autoridades a detallar los roles de cada participante en el crimen, incluida una hermana de la víctima, quien mantenía una relación con uno de los agresores.
En uno de los casos, el pandillero asesinó al empleado de un negocio que le pidió que desalojara el lugar porque estaba causando desórdenes.
El día del crimen, los coyotes recogieron a la familia en horas de la madrugada para iniciar el viaje ilegal a Estados Unidos y llevaron a sus integrantes a un terreno en el cantón La Shila, del Puerto de La Libertad. Allí, los asesinaron a balazos.