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Sucesos - Un caso mediático

El calvario de Carla Ayala, la agente que acompañó a una amiga a una fiesta en el GRP y terminó en una tumba clandestina en Usulután

Transcurrieron 246 días para que los restos de la agente Ayala, quien trabajaba desde hace 19 años en la corporación policial, fueran encontrados en cantón Los Ríos, una zona rural del municipio de San Francisco Javier en Usulután.

Carla Ayala
Imagen de la agente Carla Ayala, cuyos restos fueron encontrados en una tumba clandestina
El calvario de Carla Ayala, la agente que acompañó a una amiga a una fiesta en el GRP y terminó en una tumba clandestina en Usulután

Fue todo un calvario el que vivió la agente Carla Mayarí Ayala Palacios desde el momento en que asistió a una fiesta el 28 de diciembre del 2017 en la sede del Grupo de Reacción Policial (GRP) hasta el momento que fue asesinada y enterrada en una tumba clandestina, sin tener ningún rastro de ella. 

Transcurrieron 246 días para que los restos de la agente, quien trabajaba desde hace 19 años en la corporación policial y estaba destacada en la Unidad Disciplinaria de Apopa, fueran encontrados en unos terrenos del cantón Los Ríos, una zona rural del municipio de San Francisco Javier en Usulután.

Ayala Palacios fue invitada por Yeny Salguero, una amiga también agente policial, a la fiesta de fin de año del extinto GRP ubicado en la colonia Lomas de San Fernando, en una calle rodeada de grandes casas que conduce a La Cima. 

En la fiesta, hubo baile y hasta alcohol, aunque las autoridades policiales aseguran que nunca se autorizó a que se departieran bebidas embriagantes en el lugar. 

Eran aproximadamente las 11:18 de la noche y a través de un mensaje de texto les manifestó a sus familiares que sus compañeros la irían a dejar a su casa, ubicada en el municipio de Apopa.

Minutos después, el compañero de vida de Carla le escribió a su celular preguntándole acerca de qué había pasado con ella y ella ya no contestó. Según las investigaciones, él sospecha que ella ya no vio el mensaje, pues a su criterio el celular ya lo tenía alguien más.  

A las 11:35 de la noche, por motivos no explicados aún, se autorizó para que saliera una patrulla con dirección a Apopa. La misión: ir a dejar a su casa a la agente Ayala.

La patrulla en la que se trasladaban también los agentes Ovidio Antonio Pacheco Morales y Wilfredo Deras se desplazó con normalidad por el bulevar Constitución hasta el redondel Integración; según las investigaciones iniciales, fue en las inmediaciones de ese lugar donde se dio el ataque contra Ayala Palacios, por parte del agente Castillo, quien le asestó un disparo en la cabeza.

Según los mismos testimonios de Pacheho y Deras, ellos iban en el asiento del frente. En el asiento de atrás del conductor, iba Carla; y a su lado, para su infortunio, el que se convertiría en su verdugo: Juan Josué Castillo, de indicativo "Samurái".

El confuso retorno y protección del GRP 

Lo que hizo "Samurai" la madrugada del siguiente día es digno de un guion de película. El policía hirió a la agente en un confuso incidente, hurtó un carro patrulla para huir hasta Usulután, regresó para devolver el carro a la oficina policial de San Salvador y todavía logró volver a huir. Todo esto lo hizo en la misma sede de una de las unidades élite de la Policía.

Según informes, el sujeto logró llegar sin ser detenido hasta San Francisco Javier, Usulután a unos 77 kilómetros de San Salvador con el cuerpo de la policía.

Las imágenes de las cámaras de videovigilancia muestran como la patrulla salió de la sede del GRP hacia el bulevar Constitución con los cuatro agentes y en las inmediaciones del redondel Integración un disparo al interior del vehículo cambió el rumbo de aquella patrulla.

“Eso era lo que querías, ¿verdad, perra?”, es lo único que se escuchó que dijo "Samurái", tras la detonación, contaron los testigos. Pacheco, quien manejaba el pick up, retornó de inmediato sobre el mismo camino. Sin tan siquiera reportar a sus superiores lo que había ocurrido.

La Fiscalía General de la República (FGR) reciente que Déras y Pacheco tuvieron la posibilidad de ayudar a Carla, pero no lo hicieron.

Pacheco ha asegurado a la FGR que "Samurái" lo amenazó, con la misma pistola con la que hirió a Carla. “Yo trato de disminuir la velocidad, cuando disminuyo la velocidad, él se acerca, pone su codo derecho en mi compañero y a mí me pone una pistola cerca de la cabeza", les dijo.

Entonces lo único que se les ocurrió fue regresar al GRP, mientras Carla se desangraba en el asiento de atrás.

Según la Fiscalía, el equipo 01-2924, regresó alrededor de las 00:12 horas del 29 de diciembre. En la guardia de la sede policial se encontraban los dos agentes Miguel Samayoa Landaverde y José Morales.

Ninguno de ellos refiere haber visto a la víctima. No obstante, en el lugar quedó una mancha de sangre. Por lo que se cree que bajaron el cuerpo de la agente o al menos se bajó del vehículo mientras estaba herida.

Según el relato que Pacheco y Déras dieron a la FGR, ellos se bajaron y dejaron a "Samurái" y a Carla herida en el carro. Ese fue el momento justo que aprovechó "Samurái" para huir del lugar.

Tanto Déras como Pacheco y los que se encontraban de guardia tampoco hicieron nada para evitar que se fuera, ni ayudaron a Carla para ser llevada a un centro asistencial, tampoco hicieron nada para evitar que dejara de desangrarse.

Según la investigación fiscal, la bala le cayó a Carla en la cabeza, por la abundante sangre y cabello que encontraron en la patrulla al hacer la inspección y no en la pierna, como se había dicho en un inicio.

Las bitácoras de los celulares revelaron que "Samurái" llegó esa misma madrugada a San Francisco Javier, Usulután. Luego emprendió su regreso hacia el GRP, presuntamente a dejar la patrulla. Junto a él iban dos familiares, quienes lo iban resguardando. Se trataba de José Isaac Castillo Arévalo y José Atilio Jiménez Quintanilla. Pero ya no habían rastros de Carla.

Él dejó la patrulla y sus familiares fueron capturados. Desde entonces el exagente del GRP se encuentra prófugo de la justicia. 

Investigaciones policiales y fiscales

Luego de conocerse el hecho, la Fiscalía pidió la detención y cárcel para cuatro agentes de la PNC, quienes estaban dentro del GRP y que ayudaron a huir al agresor de Carla Ayala.

Mientras que la Policía, ofreció pagar hasta $5,000 a quien brinde alguna información de utilidad sobre el paradero del agente Castillo, quien además fue incluido en la lista de los 100 más buscados y tiene difusión roja en 172 países que tienen vinculación con INTERPOL.

Posteriormente, se detuvieron a once personas entre agentes policiales y civiles acusados de diferente delitos vinculados al asesinato de Ayala. Uno de los sujetos que está pendiente de ser presentado ante las autoridades salvadoreñas es  Edwin Isaac Esquivel Chávez, por los delitos de incumplimiento de deberes e encubrimiento y quien se encuentra detenido en Estados Unidos.

Por su parte, el  Juzgado Sexto de Instrucción de San Salvador realizó en horas de la noche del jueves 23 de marzo de este año, la recreación de los hechos ocurridos el día de la desaparición de la agente Ayala, que dejó todos los detalles antes expuestos. 

Esa primera recreación de los hechos permitiría al juez a cargo del proceso, delimitar a los testigos que pueda ofertar el ministerio público para pedir que el caso pase a sentencia.

Mientras que, en mayo de este año, se realizó la segunda reconstrucción en la cercanías en donde ocurrió el hecho. En esa oportunidad, el juez Sexto de Instrucción, Roberto Arévalo Ortuño, explicó que diligencia era para aclarar elementos confusos alrededor del hecho, así como indagar dudas para conocer la verdad de la desaparición de la agente. 

Además, en el mes de marzo se hizo una exhumación de un cadáver en en una tumba del cementerio en San Francisco Javier en la que se descartó que fuera enterrada la agente Carla Ayala.

El cadáver encontrado en el lugar era de una mujer de 91 años de nombre Paula Castro Lobo, de quien se hizo presente una de sus hijas; la mujer incluso mostró un video de los actos fúnebres que se realizaron en el lugar. Las autoridades justificaron que se trataban de familiares de Castillo y de ahí se derivó la confusión. 

Desde esa fecha hacia acá, tanto la Fiscalía como la Policía ha arreciado el rastreo de tumbas clandestinas en varias zonas de Usulután, en las que se sospechaba podría estar el cuerpo de Ayala. Incluso por esa razón, en junio de este año se atrevieron incluso a acusar a los imputados vinculados a este caso por el delito de feminicidio, incluso pese aún no se había encontrado el cuerpo.  

Dos tumbas clandestinas 

Nueve meses después de aquella fiesta, el cadáver de la agente Ayala fue localizado en una tumba clandestina del cantón Los Ríos, de San Francisco Javier el jueves 6 de septiembre. En el lugar se encontró una platina y un anillo, los cuales pertenecían a la víctima.

"Tenemos más de un mes de estar en ese sector en el que se ha venido verificando con temas topográficos las condiciones del suelo", expresó Guadalupe Echeverria, jefe de la Unidad Especializada Antipandillas de la Fiscalía.

En ese sentido sostuvo que ha sido una búsqueda bastante detenida, cuidadosa con técnicos especialistas. Al lugar se han llevado también perros para dar con el paradero. 

Las investigaciones fiscales han determinado que la agente fue enterrada en una primera tumba clandestina en la misma zona y posteriormente cuando se dieron cuenta que ya estaban merodeando el lugar sacaron el cuerpo y lo llevaron a un nuevo lugar, el que fue el último destino de la agente. Aunque no se ha determinado si fue enterrada más de dos veces. 

"Lo que hicieron fue sacar el cadáver y los fueron a ingresar a otra nueva tumba clandestina donde la hemos encontrado. En este momento hay fiscales e investigadores tratando de ubicar el primer lugar y creemos que posiblemente podamos ubicarlo", explicó el fiscal general, Douglas Meléndez.

Echeverría explicó que será el estudio antropológico el que determinará cuando fue enterrada la agente, de qué murió y si su cuerpo está completo, sino se tendrá que seguir buscando las otras tumbas donde posiblemente estuvo enterrada. Meléndez explicó que será dentro de 15 días que se tendrá los resultados del examen. 

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