Fuentes internas de la alta dirigencia del partido efemelenista han informado, bajo la condición del anonimato para evitar problemas, que Óscar Ortiz se impuso por un poco más de 400 votos por sobre su contrincante.
Informaron que hay irregularidades en varios municipios que complican el conteo de votos.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral de ese país, Julio Solórzano confirmó el hecho y dijo que tenían conocimiento de las amenazas desde el sábado 15 de junio, unas horas antes de que iniciaran formalmente los comicios.
Dos duras derrotas electorales en los últimos años han marcado al partido: la primera, en 2018, los dejó con una bancada legislativa de 23, muy por debajo de los 37 del partido ARENA. La segunda, 2019, los dejó al filo del abismo.
Hándal dijo que Ortiz tiene el derecho de hacer público lo que crea que le está afectado, pero negó las irregularidades. Cledys Molina, otra de las aspirantes a dirigir al partido, dijo que ella también solicitó el padrón y se lo negaron por tener “información personal” de los militantes.
Esta calificación, probablemente obedece a que la gente también mostró confianza en el proceso electoral. El estudio dijo que el 43.4% de las personas encuestadas expresó haber tenido mucha o alguna confianza en estas elecciones.
Dentro de las reformas que se han planteado a la CEN y a la Comisión Política (Copol) está lo que el alcalde de San Salvador propuso hace algunos meses, que se puedan ostentan dobles cargos y que el presidente del Coena, Mauricio Interiano, esté en la Copol como miembro honorífico.
De acuerdo con datos del escrutinio preliminar del Tribunal Electoral panameño, Cortizo lleva la delantera con el 32.98% de los votos seguido de Roux con el 31.06% y el tercer lugar es para el candidato independiente Ricardo Lombana, con 19.62%.
El rotativo El País hizo un análisis del "ruido" que hacían los candidatos en las redes sociales y ahí se determinó que la mayor presencia la tenía el partido ultraderechista y su candidato Santiago Abascal, que apelaban a valores como el nacionalismo para justificar posiciones que algunos en España tacharon de racistas.