En la zona del deslave se realiza, desde hace 11 días, una intensa búsqueda y se desconoce si el ciudadano pudo salir con vida o si fue arrastrado por la fuerte correntada de agua con lodo.
“Estamos evaluando que las familias tengan acceso a agua potable, energía eléctrica, facilidades de transporte colectivo y conectividad”, dijo la ministra de Vivienda.
Cada vez que era sacado del lugar, el perro insistía y volvía al lugar a olfatear.
Las familias damnificadas serán reubicados en albergues temporales cercanos en la zona y se les proveerá alimentos.
A la población se le pide no transitar en la carretera que de San Salvador conduce a Quezaltepeque y buscar rutas alternas.
“Por misericordia de Dios estoy yo aquí... y a mi hijo no lo han encontrado”, expresó entre lágrimas.
