Pese a que la salud mental del presidente de la República tendría que ser un tema de interés nacional hay muchos sectores que se niegan a profundizar en él, incluido el sector de salud pública, donde muchos siquiatras se niegan a pronunciarse sobre esta situación.

Buscando un consenso equilibrado, esta redacción optó por buscar la opinión de profesionales en salud mental para que -a grandes rasgos- emitieran un diagnóstico que pudiera servir de respaldo, tanto para quienes critican la labor y salud del mandatario como para los que la defienden.

Partiendo desde este punto, El Salvador TIMES buscó la opinión de siquiatras de larga trayectoria y que trabajan para instituciones de Estado como el Ministerio de Salud, Instituto de Medicina Legal e Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).

De un aproximado de 10 especialistas a quienes se les presentó la petición para que emitieran su opinión, la mitad respondió pero para excusarse de emitir declaraciones, mientras que la otra parte optó por el silencio.

Dentro de las excusas brindadas por los siquiatras hubo unos que fueron claros y optaron por evitar dar su diagnóstico por temor a represalias, específicamente en quienes trabajan para hospitales públicos.

“Podemos perder nuestros trabajos” fue la respuesta de dos de los médicos consultados, para quienes el solo hecho que su nombre apareciera junto a una opinión clínicamente sustentada representaba una posibilidad de represalias en su trabajo.

En otros casos la respuesta fue que el tema surge a raíz de un comentario realizado desde la Asamblea Legislativa, por lo que valoraron que este tintes políticos.

Estas son las razones por las que no se cuenta con una opinión del sector de salud pública en la nota titulada “Desde idiotez hasta déficit de atención: diagnóstico de siquiatras y sicólogos sobre la salud mental del presidente Sánchez Cerén”.