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Sucesos - ¿Quién mató a Gilberto Soto? Novena entrega

Tim Rieser: “El sistema judicial salvadoreño está quebrado”

Rieser fue un entusiasta activista del movimiento estudiantil casi jipy que, en los años setenta, luchó por la ampliación de los derechos civiles y sociales, y en contra de la intervención militar de su país en Vietnam.

Tim Rieser.
Tim Rieser.
Tim Rieser: “El sistema judicial salvadoreño está quebrado”

Supongo que no es muy casual que un alto funcionario lo reciba a uno en mangas de camisa, jeans deslavados y zapatillas deportivas. Pero así me recibió Tim Rieser, un viejo amigo de Leonel Gómez, el 3 de mayo de 2006, en su oficina del Comité de Operaciones Extranjeras del Congreso de los Estados Unidos.

Es un hombre delgado de poco más de 50 años, y su pinta tiene que ver con sus ideas: Rieser fue un entusiasta activista del movimiento estudiantil casi jipy que, en los años setenta, luchó por la ampliación de los derechos civiles y sociales, y en contra de la intervención militar de su país en Vietnam. Dos fotografías tamaño póster se destacan en las paredes de su despacho: en una está él junto a la bellísima Angelina Jolie, la otra es de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. 

Nuestro país ha estado muy presente en su experiencia. En 1992, por ejemplo, fue una pieza clave en la investigación que le permitió al Senador Patrick Leahy aclarar un fraude millonario cometido por “algunos de los individuos más ricos de El Salvador”. En efecto, en el reporte legislativo oficial 102-409 del Senado de los Estados Unidos, se lee lo siguiente:

“El Comité de Operaciones Extranjeras discutió el caso del Banco Agrícola Comercial, del cual más de 20 millones de dólares fueron desembolsados en los años ochenta, en forma de préstamos sin garantía a algunos de los individuos más ricos de El Salvador, aparentemente con ninguna o muy poca disposición de asegurarse el reembolso. Se han encontrado indicios de fraude contra 21 individuos en conexión con este hecho. Pero el Comité está preocupado por la continuada falta de esfuerzos vigorosos por recuperar el dinero”.

Y continúa el documento: 

“Si los individuos que recibieron estos préstamos no pagan, todos los salvadoreños serán los perdedores así como los  contribuyentes americanos, quienes son los que están ayudando al gobierno salvadoreño a modernizar el sistema bancario. El Comité concluye que es necesario un mensaje fuerte. Esto ha incluido acciones legales para retener 20 millones de los fondos asignados a la ayuda para El Salvador, hasta que se reciba un informe del Secretario de Estado que describa y que determine los esfuerzos que el gobierno salvadoreño está haciendo para recoger estos préstamos excepcionales”.

Para romper el hielo le comento que he escuchado ya demasiadas cosas interesantes pero off de record, y que necesito que alguien por fin me diga algo que poda citar con nombre y apellido. Me responde que no tiene ningún problema para hablar sobre el caso Soto y que no le molesta mi grabadora, me dice que lo tutee y así que comenzamos la entrevista.

—¿Quién mató a Gilberto Soto?

—Eso pregúntaselo a tu gobierno o a nuestro amigo Leonel Gómez.

—Conoces ya la hipótesis en la que Leonel está trabajando, supongo. 

—Sí, conozco sus primeros informes y me parece razonable su planteamiento.

—¿Cuál es la posición de ustedes?

—En relación a El Salvador hay muchos casos que nos preocupan, y no sentimos que se haga algo al respecto. Usualmente ahí los testigos son intimidados, amenazados; los jueces son comprados, o las investigaciones son totalmente inconsistentes y no resuelven nada. Tiene que haber un sistema judicial que no permita que los asesinos y los corruptos que roban del tesoro público queden impunes. Es decir, que casos como el de Gilberto Soto, por ejemplo, sean realmente investigados y los verdaderos responsables sean procesados y castigados. Esto es la base de cualquier democracia. Así es que el caso Soto nos preocupa mucho. Hay aspectos políticos en este caso, por la naturaleza del trabajo en que él estaba involucrado. Pero cualquiera que haya sido el motivo de su asesinato, para nosotros es un termómetro de que el sistema judicial funciona o no. Y aquí vemos claramente que no funciona. Y para nosotros, si no hay interés y solución en el caso Soto, difícilmente se contaría con nuestro apoyo. Lo único que en El Salvador se ha hecho respecto a este caso es por qué aquí en Washington ha habido interés. No creemos en la investigación de la policía ni en los argumentos de la fiscalía. Y a estas alturas no sabemos si se hará justicia.. 

—¿Pero perciben alguna voluntad en San Salvador de avanzar en la solución de este caso? 

—Lo que puedo decirte es que no ha habido deseos de hacer bien las cosas. Por el contrario, lo que ha habido es voluntad de no hacer nada. Lo que siento es que, por medio de la Cuenta del Milenio podemos presionar para que El Salvador supere una trayectoria tan negra de violencia, corrupción e impunidad.

—El 13 de febrero pasado te reuniste en San Salvador con el presidente Antonio Saca, ¿cuál fue el motivo de esa reunión?

—Fui a tu país en representación del senador Patrick Leahy. Tenía 12 años de no visitar El Salvador. En parte porque, después de la guerra civil, la atención del Congreso de los Estados Unidos sobre El Salvador disminuyó. Pero también porque no sentíamos que allí hubiera un gobierno en el cual tuviéramos confianza.

—¿Esa percepción ha cambiado ahora?

—El presidente Antonio Saca es un hombre inteligente y muy capaz, aunque en su entorno más cercano hay algunas personas que nos preocupan, pero es muy temprano para hablar e esto con toda claridad. Sobre eso puedes preguntarle a Leonel. En todo caso, desearíamos que con el presidente Saca pudiéramos trabajar juntos en algunos temas que consideramos relevantes y que nos preocupan particularmente.

—¿Cuáles son esos temas?

—El Salvador ha tenido serios problemas de asesinatos violentos, corrupción e impunidad antes, durante y después de la guerra. Todo esto en el marco de un sistema judicial con serios problemas de ineficiencia y corrupción, como se ha señalado repetidamente en los informes del Departamento de Estado. Esos son los temas sobre los que nos interesa dialogar, porque son esenciales para el desarrollo económico y el fortalecimiento de la democracia. Creemos que ahora, a partir del posible acceso de El Salvador a los fondos de la Cuenta del Milenio, podemos trabajar en la solución de esos problemas tan sensibles, y con ello dar nuestro apoyo a El Salvador desde el Congreso.

—¿Qué tiene que hacer el gobierno salvadoreño para contar con el apoyo de ustedes?

—No quiero decir que no se haya avanzado en nada en El Salvador, pero como he dicho antes es evidente que persisten serios problemas de corrupción e impunidad en el sector público y el sector privado. El punto es que el sistema judicial salvadoreño está quebrado. Eso nos preocupa, sobre todo cuando tenemos que decidir si dar o no dar nuestro apoyo al acceso de El Salvador a los fondos de la Cuenta del Milenio. Esa fue la principal razón de mi último viaje a tu país, por lo cual me preguntabas al principio: saber si el gobierno salvadoreño está genuinamente interesado en resolver esos problemas.

—¿Y cuál es tu impresión?

—Hablé con gente de nuestra embajada, del sector privado y del gobierno, y encontré que, en principio, el enfoque y el uso de la donación tiene sentido en El Salvador. La zona norte del país, que fue tan afectada por la guerra, ha sido abandonada, está tirada. Esa zona necesita oportunidades, dentro de un enfoque económico más amplio a nivel nacional. Pero también encontré, inexplicablemente, que hay agencias de los Estados Unidos que deciden qué país debe recibir asistencia económica, sólo sobre la base de la necesidad, pero no de la forma en que se administra esa asistencia. 

—¿A qué te refieres?

—La Corporación para la Cuenta del Milenio tiene como uno de sus principales objetivos apoyar países que seriamente demuestren avances en el combate a la corrupción y la impunidad, pero inexplicablemente esto no parece haber sido considerado en el caso de El Salvador en el momento de seleccionarlo como país elegible para la donación... La razón por la que El Salvador resultó elegible para la CCM es porque se ve mejor que Nicaragua y Guatemala. Pero eso es como decir que eres bueno porque eres mejor que la mafia. Nuestra embajada o cualquier observador objetivo se da cuenta de que el sistema judicial salvadoreño no funciona, y que la corrupción está por todos lados. De modo que, claramente, desde el punto de vista del senador Leahy, hacer una carretera y promover el desarrollo económico y social, no es viable si no se soluciona el problema de la corrupción en el sistema legal. Y nosotros creemos que quienes dirigen la CCM deben enfocarse en esto. Esto lo hemos hablado con nuestra embajada, con la gente de la CCM y del gobierno salvadoreño.

—Nuestro gobierno está advertido entonces…

—Mi impresión es que el gobierno salvadoreño sabe exactamente cuál es el problema, y dice que quiere hacer algo al respecto. Pero nuestra experiencia es que raramente se hace lo que se dice, y en todo caso siempre se necesita mucha presión de afuera. Lo que yo he dicho a los salvadoreños es que así como se están haciendo las cosas, no es el camino adecuado.. 

—¿Han recibido señales positivas de San Salvador en el sentido de las sugerencias y preocupaciones de ustedes?

—No hemos sabido de nada que podamos llamar progreso. 

—Pero recientemente se han aprobado algunas leyes en El Salvador…

—Eso es como llegar a primera base, y lo que nosotros queremos es que lleguen a home. Es un principio pero no es una estrategia. Para mí una estrategia es: este es el problema, aquí está la solución, y estos son los pasos específicos que se tienen que dar para ir desde el problema a la solución, así es como lo haremos en este tiempo definido, y así es como lo vamos a pagar. Eso es una estrategia. Y no hemos visto nada por el estilo. Nosotros no apoyaríamos donar este dinero hasta que no nos convenzan de que hay una estrategia para resolver efectivamente los problemas del sistema judicial.

—¿Pueden ustedes efectivamente detener los fondos de la Cuenta del Milenio para El

—No es eso lo que deseamos. El senador Leahy es sólo un senador, pero está en la Comisión que da el dinero para que la Cuenta del Milenio. Él tiene en eso una gran responsabilidad, porque no estamos hablando de caprichos, ni de simpatías o antipatías, sino de responsabilidad con el uso del dinero de los contribuyentes estadounidenses. Queremos apoyar la Cuenta del Milenio, pero también queremos asegurarnos que se dinero sea utilizado correcta y efectivamente. Y no apoyaremos dar tanto dinero si no se solucionan los problemas del sistema judicial. Eso debe quedar muy claro. 

Por la noche, Leonel y yo fuimos a cenar a un restaurante de Georgetown con Tara Magner, del Comité de Asuntos Legales del Congreso. Ella conocía bastante bien el tema centroamericano y había trabajado antes con Leonel. Ambos coincidían en un punto del que hablaron mucho en esa ocasión: la manera más efectiva que Washington tiene para presionar a los poderos en El Salvador es amenazarlos con quitarles la visa si no hacen las cosas correctamente. 

De hecho, Leonel argumentó que, sin usar esa táctica, la investigación sobre el asesinato de los padres jesuitas no hubiera tenido éxito. Al día siguiente teníamos una reunión con el senador Jim McGovern, pero tuvo que salir de la ciudad y solo pudimos hablar con él brevemente mediante una videoconferencia en la que también participó Francisco, el hermano de Gilberto Soto.;

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