El crimen ocurrió en marzo del 2020, cuando el condenado aprovechó que la madre de la niña no se encontraba en la casa para abusar de ella.
En junio de 2018 el Juzgado de Concepción Batres, en Usulután, decretó medidas de protección por seis meses a favor a la víctima y a pesar de las restricciones, el imputado continuó acechando a su expareja, hasta asesinarla.
El día en que la víctima llegó a hacer los oficios a la casa del pastor, este la lanzó a su cama, le quitó la ropa y la agredió sexualmente. Después, le dijo a la menor que le regalaría un celular y $10 para que no dijera nada de lo ocurrido.
Tras ser víctima de violencia física y psicológica, la mujer decidió alejarse del agresor en febrero del 2022, razón por la que el hombre la amenazó con hacerle daño si no regresaba con él.