Larry Ovidio Flores trató de despistar a colegas suyos que investigaban a su hijo, Christopher Orsini Flores, que estaba señalado como miembro de la banda de robacarros denominada Los Cazadores. Incluso usó influencias con un juez para que a su hijo le otorgaran medidas sustitutivas a la detención en su proceso penal.
La víctima acompañó a su abuela al negocio familiar, que está ubicado cerca de la oficina donde trabajaba el violador. Este aprovechó la situación para llevar al menor a su oficina y allí cometió el delito.
Un testigo en el juicio declaró que Luis Eduardo Mejía le comentó que estaba harto de "andar acabado" (estar sin dinero) y que solo existía una manera de arreglar eso y era asesinando a su familia paterna. Todo eso lo expresaba "de manera fría".
En el juicio se determinó que Juan Antonio Velásquez Romero, después de asesinar a la víctima, fue a enterrarla en un cafetal.
Para cometer el crimen, los pandilleros se vistieron con uniformes de la Policía Nacional Civil y de la Fuerza Armada y portaron armas de fuego. Fingiendo ser agentes de autoridad, capturaron a las víctimas y se las llevaron esposadas.
La Fiscalía General de la República detalló que también se condenó a Francisco Boanerges Valle Quezada, primo de Valle Leiva, por el delito de encubrimiento.
Investigaciones fiscales determinaron que a mediados de noviembre del 2021, la mamá de la menor la mandó a comprar a una tienda y en el trayecto pasó cerca de la vivienda de su tío. El familiar le salió al paso, la tomó del brazo y la metió al cuarto de su vivienda, en donde la tocó sexualmente.