El día de su asesinato, la víctima recogía leña para llevarla a su casa. El condenado y otros pandilleros aprovecharon que se encontraba distraída para atacarla. El imputado le disparó seis veces y los demás la atacaron con machetes.
Larry Ovidio Flores trató de despistar a colegas suyos que investigaban a su hijo, Christopher Orsini Flores, que estaba señalado como miembro de la banda de robacarros denominada Los Cazadores. Incluso usó influencias con un juez para que a su hijo le otorgaran medidas sustitutivas a la detención en su proceso penal.
La condenada ya cumple años de prisión por otros cinco casos de robo.
Un testigo en el juicio declaró que Luis Eduardo Mejía le comentó que estaba harto de "andar acabado" (estar sin dinero) y que solo existía una manera de arreglar eso y era asesinando a su familia paterna. Todo eso lo expresaba "de manera fría".