El juez del caso comento que aunque nadie lo dijo expresamente “la mancha de sangre que está a la entrada del GRP implicaría que bajaron el cadáver”.
La querella podría actuar con todas las facultades y derechos incluyéndose, dentro de estos, la promoción de la acción civil.
Además, dijo con seguridad que van a salir bien cuando se encuentre a Carla y al desaparecido exagente del Grupo de Reacción Policial (GRP) Juan Josué Castillo Arévalo, quien se encuentra prófugo de la justicia y con difusión roja.
Ovidio Antonio Pacheco, exmiembro del GRP que es procesado judicialmente, afirmó en su declaración que Juan Josué Castillo le puso una pistola en la cabeza para amenazarlo.
Las escenas recreadas son la de la fiesta en la sede del extinto GRP, en la colonia San Francisco, y el tiroteo que se produjo en el redondel del Árbol de la Paz.
Los agentes habían pedido una audiencia especial para que se le cambiara la detención provisional por medidas sustitutivas, mientras dure el proceso. Sin embargo, el juez asegura que podrían entorpecer la investigación si quedan en libertad.
El cuerpo pertenece a una mujer de 91 años y no el de la agente policial desaparecida tras una fiesta en la sede del GRP.
El fiscal general explicó que mediante una aplicación móvil se tuvo acceso al recorrido de la agente el día de su desaparición.
Un médico que no tuvo acceso al cuerpo reveló a la Policía que extendió la constancia con la que se realizaron los trámites en San Francisco Javier.
