El juicio fue desarrollado en la modalidad de videoconferencia, debido a que el imputado guardaba prisión de manera provisional en un centro penitenciario.
La víctima, quien fue identificada como María Ester Ramírez de Chanta, de 36 años de edad, tenía alrededor de seis meses de haberse separado del imputado.
El imputado conducía un vehículo en el que circulaba por la calle principal de la colonia Cañaverales, en San Vicente, cuando observó a la niña, quien caminaba sola por el lugar.
La joven fue víctima de constantes violaciones cometidas por parte de su padrastro, desde que esta tenía 12 años de edad. El hombre guarda prisión y será procesado por ese delito.
En la audiencia preliminar sus abogados señalaron que todo se trababa de una “denuncia de carácter calumniosa” con el ánimo de tomar venganza contra uno de sus clientes que años antes había sido su compañera sentimental.
Dentro de las pruebas que la defensa presentó estaban los agentes que participaron ese día y todos fueron contundentes en señalar a este sujeto como el autor principal de la extorsión dejando de lado la intervención de Luis.
La mujer decidió vivir sola luego de separarse de su esposo.
Cuando se dio el altercado los sujetos le exigieron que guardara silencio de los contrario lo asesinarían pero decidió poner la denuncia.
Según las investigaciones, los sujetos estarían involucrados en una estafa superior a los $200,000 en compra de tela para uniformes policiales y por peculado.
Gracias a la confesión y a los detalles brindados, las autoridades lograron llevar a los tribunales a tres de los cuatro hombres que estuvieron implicados en la muerte del pandillero.
