La víctima vivía en constante depresión, y en el 2021, cuando tenía 16 años, le relató a su maestra acerca de las violaciones a la que fue sometida por Castillo Alvarado. La profesora acudió con ella a interponer la denuncia a la Policía.
José H. fue declarado “inimputable” y fue enviado a cumplir una medida de seguridad en la modalidad de tratamiento ambulatorio al Hospital Nacional Psiquiátrico por un período de 36 meses.
Para cometer el crimen, los pandilleros se vistieron con uniformes de la Policía Nacional Civil y de la Fuerza Armada y portaron armas de fuego. Fingiendo ser agentes de autoridad, capturaron a las víctimas y se las llevaron esposadas.
La Fiscalía detalló que la mujer era la madre de la niña y el hombre, el padrastro. Ambos maltrataban a la bebé con violencia física y verbal, aparte de que no la alimentaban ni vestían.
Las medidas fueron emitidas por el juzgado luego de que le dictaminó sobreseimiento definitivo de los delitos, pues la víctima ya no quiso continuar con el proceso y desistió de la denuncia.
Al tener contacto con la víctima, el condenado lo sujetó del cuello con un cincho, mientras que otros tres pandilleros lo golpearon hasta causarle la muerte.
Fuentes judiciales detallaron que Irvin José M., y Miriam H. contactaron a Constanza Rivas para comprar una máquina de trabajo (minicargador) valorada en $5,000. Al depositar un adelanto de $2,500, el hombre desapareció y nunca entregó el producto.
La Fiscalía General de la República detalló que también se condenó a Francisco Boanerges Valle Quezada, primo de Valle Leiva, por el delito de encubrimiento.