El delincuente luego aumentó el cobro de la extorsión a $100. La víctima no soportó más la situación y lo denunció.
El imputado fue condenado a cuatro años por el delito de lesiones y a cinco años por acoso sexual.
El condenado enfrentó el juicio como reo rebelde, debido a que no se presentó a la audiencia a pesar de que fue notificado.
El exagente fingió realizar un allanamiento y aisló a las cuatro víctimas, a quienes asesinó con un arma blanca.
Las investigaciones determinaron que los condenados cometieron los crímenes en los departamentos de Usulután y San Miguel entre los años 2002 y 2009.
Rosales Portillo confesó durante la audiencia que sí estaba enterado de que el dinero era producto de un ilícito. No obstante, accedió recogerlo cerca de una terminal de buses en el municipio de San Juan Opico.