El hecho se produjo por problemas económicos que vivía la familia dedicada a un negocio familiar.
La mujer, identificada como Flor Pineda, había asistido a un evento en su iglesia, donde fue descrita como una persona entregada y dispuesta a colaborar.
Una serie de bromas hechas por los tres supuestos imputados en torno al hecho fueron escuchadas por una persona, quien judicialmente ahora es un testigo clave en el caso. Hoy se le denomina como “San Juan”.
La investigación de la Fiscalía determinó en este caso que la esposa de la víctima junto a dos de sus hermanos había contratado a dos pandilleros para cometer el crimen y así poder cobrar los seguros de vida.
Los hombres eran amigos y socios en varios negocios de vehículos. Cuando uno de ellos fue asesinado, el otro pasó a convertirse en el principal sospechoso como autor intelectual.
La víctima tenía 17 años y venía de jugar con sus amigos, cuando se encontró a dos pandilleros de la contraria y lo mataron.
La exenfermera mató a una niña de 15 meses, Chelsea McClellan, pero no pudo matar a un bebé de cuatro semanas, Rolando Santos, a quien le administró un anticoagulante.
El sujeto, acusado de matar a un vigilante la semana pasada en el centro de San Salvador, asegura que ese mismo día fue asaltado y fue herido de bala, por lo que no pudo haber sido él quien disparó contra la víctima.
La mujer mató a su marido en 2012 de tres disparos de fusil por la espalda tras haber sufrido durante 47 años su violencia, en particular sexual, de la cual también fueron víctimas sus cuatro hijos
El autor de una masacre en España fue asesorado por un amigo quien lo aconsejó cuando cometía el hecho "porque quería saber qué se sentía matar". LEA LA CONVERSACIÓN COMPLETA AQUÍ.
